SARKE - “Endo Freight” (Soulseller Records 2024)

SARKE, la banda que lleva el nombre del bajista y batería de bandas como Khold o Tulus, Thomas Berglie ‘Sarke’, y al que acompaña desde los inicios del proyecto en 2008 el señor Nocturno Culto de Darkthrone en la voz, han publicado el pasado mes de Junio su octavo álbum “Endo Freight” (Soulseller Records).

El sonido de Sarke ha ido evolucionando desde su primer lanzamiento con “Vorunah” (2009), donde practicaban un black de esencia pesada y cruda. Con cada lanzamiento han ido añadiendo nuevas texturas a sus composiciones, derivando en un sonido muy interesante en el que están más alejados del black, aunque sin perderlo del todo, sonando más pesados y doom, y sin miedo a añadir atmósferas oscuras, teclados que crean orquestaciones épicas, pianos que evocan al cine de terror clásico, incluso acercamientos al blues. Están creando y forjando su propia identidad, sorprendiendo en cada lanzamiento, convirtiéndose en una banda imprevisible, lo cual es bueno, al menos para mi gusto.

La inicial "Phantom Recluse" es una fantástica marcha hacia el abismo, con esa recreación de trompetas que te adentran en este viaje mágico y oscuro. Una canción de corte épico con orquestaciones a cargo de Anders Hunstad, que crea fantásticas atmósferas con el teclado, aportando cierto carácter progresivo e incluso psicodélico. Algo que encontramos en varias de las canciones, como en "Death Construction", con una carga progresiva muy fuerte, muy setentera, pero a la vez pesada, en la que encuentro ciertas influencias de clásicos como Celtic Frost.

Pero Sarke explora otros terrenos en canciones como la hipnótica “Lost”, que podría formar parte de algún episodio de aquella vieja serie Twin Peaks, con esa atmósfera cargada de melancolía, incluso en la forma de cantar, o de hablar, Nocturno, y con un ritmo lento, marcado por unas guitarras que por el momento suenan a blues muy eléctrico, incluso ligeramente a Pink Floid. Algo que se ve continuado en el inicio de "Abysmal Echoes", que es como la continuación del anterior corte, con esa atmósfera densa y un ritmo más pesado, guitarras acústicas que desembocan en sonidos más eléctricos, y riffs más cercanos al black por momentos. Excelente el trabajo de Steinar Gundersen con las seis cuerdas.

Pero la esencia black de la banda explota en canciones como "Old Town Sinner", con un sonido muy cercano a Khold, con esos teclados acolchando y dotando de cierta atmosfera siniestra una canción cruda en guitarras y riffs, como un black’n’roll contenido. "In Total Allegiance" es otro de los cortes más extremos del disco, black metal crudo y rápido, con diferentes cambios de tempo y ritmo, en el que destaca sobre todo la interpretación de Nocturno.

El doom emerge con fuerza y dominio en cortes como "I Destroyed the Cosmos", pesada y mamando influencias de grandes como Black Sabbath o los mencionados Celtic Frost, pero adornada con teclados de hard rock muy setenteros, con ese efecto Hammond que habíamos escuchado en otros cortes de “Endo Freight”, y que le dan un rollo brutal. En una línea similar, doom denso y oscuro está la final "Macabre Embrace". Una danza que pone punto y final a este oscuro viaje, marcado por esas difuminadas y alargadas líneas de guitarra, y un piano final a modo de campanas que anuncian el dramático final del camino, apagado por una tenue lluvia.

“Endo Freight” es un álbum muy dinámico, con diferentes capas amasadas desde la oscuridad y la pesadez de un sonido que te aplasta, incluso en su vertiente más black. Un disco en el que podemos destacar su diversidad, pero también la individualidad de algunos instrumentos, sobre todo, la forma de tocar el bajo en canciones como "Lost" o "Phantom Recluse", la labor de Anders en los teclados es crucial en muchos momentos del álbum. Noctural también juega un buen papel, con su voz rasgada, marcando el tempo preciso en cada una de las canciones. Y no podemos olvidar la maravillosa aportación que Steinar deja en este disco. Vuelve a escucharte “Lost” o "Abysmal Echoes". Sarke también se ha encargado de tocar la batería en este disco, además del bajo.

Un disco diverso, de calidad, muy recomendado para oídos sin prejuicios.