SETH- "La France Des maudits" (Season Of Mist, 2024).

En las sombras solemnes de un París líricamente resucitado, donde los susurros de la revolución todavía rondan los adoquines y la caricia fantasmal de la hoja de la guillotina persiste en el aire, se alza una banda, no sólo de músicos, sino de los modernos Marats, Robespierres vestidos de cuero y encaje, ungido con el espíritu de insurrección…Pues es lo que nos trae la banda francesa Seth, preparados una vez más para desatar una tempestad con su nuevo álbum, “La France des Maudits”, que lanzará el próximo 14 de julio, un día perfecto, ese en el que un año de 1789 se tomó la Bastilla, símbolo del abuso absolutista que sumía a Francia en la pobreza y alimentaba las ansias de cambio.

La banda tiene una carrera ya dilatada pues su nacimiento se remonta a 1995 con una interrupción entre 2005 y 2011 y, de hecho, se les considera pioneros en el uso de su lengua materna en un disco de Black Metal. En su haber cuentan con siete álbumes de larga duración, un par de split y un vivo, además de una demo y un EP.

Ahora en 2024 este “La France Des Maudits” se concibe como un evangelio de Black Metal según los condenados y los marginados, mezclando la historia, con el Black Metal, de hecho, es una declaración de guerra, un llamado a las armas para las almas que aún arden bajo una moribunda ortodoxia (así lo definen). Seth viaja a través de lo prohibido y lo oculto, rastreando las líneas de antiguas profecías y los decadentes susurros de La Grande Catin Écarlate, la mujer escarlata del apocalipsis. Sus canciones, desde "Paris des Maléfices" hasta "Insurrection", resuenan con los ecos de un París asediado no por ejércitos, sino por almas que claman por la liberación: una ciudad donde cada piedra cuenta una historia de desafío, donde cada sombra alberga el espíritu de rebelión.

El álbum comienza con la brutal "Paris Des Maléfices", un tema de Black Metal clásico que lleva la marca de Seth en las desgarradas melodías de guitarra y que nos va familiarizando con la línea sonora del álbum en su conjunto. Sin embargo, no vamos a dejar de sorprendernos con los siguientes temas ya que no es un álbum lineal musicalmente hablando, sino que cada canción va aportando algo más. Así, "Et Que Vive Le Diable!" se va adentrando desde su desgarrada cantinela en el sufrimiento de esta oscura revolución a la que añade unos cánticos y frases que a modo de himno animan a corear precediendo a la masa revolucionaria. El francés como lengua nativa de la banda aparece magnífico en todo su álbum pero resulta sublimemente arrebatador en "La Destruction Des Reliques", que, además, añade una atmósfera muy oscura y ligera, articulada con el resto de los instrumentos en varias capas que confluyen... y cuando parece que va a terminar, da sus últimos estertores hasta desembocar en "Dans le Cœur un Poignard", un tema más pacífico e introspectivo, quizás muestra más dolor. "Marianne" es una pequeña pieza instrumental muy bonita y delicada que remite a finales del siglo XVIII con ese toque de modernidad que se le da desde la perspectiva de Seth.

Y llegaríamos entonces a la segunda parte de este trabajo con temas más largos y complicados, iniciada por "Ivre Du Sang Des Saints" que nos devuelve a la brutalidad del inicio desde unas guitarras fantásticas por cómo construyen las melodías; "Insurrection" es un temazo, yo diría que una de las canciones clave del álbum porque va recogiendo todo lo que se ha ido construyendo añadiendo, eso sí, más dolor; "Le Vin Du Condamné" nos lleva al cierre de esta historia y, como un acto final, concluye entre gritos de dolor y coros celestiales.

Como Bonus, un cover de la mítica "Initials B.B.", de Serge Gainsbourg, una canción fascinante que los arreglos orquestales de Seth, más la voz rota hacen muy atmosférica, pero muy interesante, me ha gustado mucho.

"La France des Maudits" narra pues la saga épica de rebelión de las cenizas de una Notre-Dame caída; este no es el París de la luz, sino de la oscuridad iluminadora. Aquí, en el corazón mismo de la oscuridad, Seth encuentra su musa entre la cacofonía de cadenas rotas y dogmas destrozados. En realidad, un guiño a la historia de aquellas almas inquebrantables que una vez asaltaron la Bastilla y se atrevieron a soñar con un mundo rehecho. "La France des Maudits" llama, no a la guillotina, sino a la gloria y lo hace desde el más monumental Black Metal que hayamos escuchado hasta ahora, una obra monumental.