HAMFERÐ - "Men Guðs Hond Er Sterk" (Metal Blade 2024)

HAMFERÐ es un sexteto de death-doom melódico procedente de las Islas Feroes, que ya sorprendió con su segundo álbum en 2018, "Támsins likam". Cinco años después llegan y sorprenden con su nuevo álbum "Men Guðs Hond Er Sterk", que se erige como uno de los grandes álbumes de 2024 dentro de la escena death-doom.

Desde la primera nota hasta la última, el álbum nos sumerge en un viaje emocionalmente intenso, guiándonos a través de las sombrías y conmovedoras imágenes del desastre ballenero de 1915 en las Islas Feroe. Cada canción es una ventana hacia este evento trágico, permitiéndonos vislumbrar la desesperación, el dolor y la angustia que rodearon a la comunidad de Sandvik en aquel fatídico día. El cuidadoso enfoque de la banda en la producción del álbum, optando por grabar en vivo y prescindir de la tecnología moderna, agrega una capa adicional de autenticidad y emotividad. La crudeza y la intensidad de la interpretación en vivo se transmiten de manera palpable a través de cada nota, creando una conexión visceral con la tragedia que se está representando.

Ocho cortes que desprenden oscuridad, agonía, tristeza y mucha melancolía, entre otras cosas, gracias a la magistral interpretación vocal de Jón Aldará, que ha sabido meterse en la piel de esta trágica historia haciéndola suya, transmitiendo en cada momento el sufrimiento que debieron pasar aquellos catorce fallecidos. Y todo ello envuelto por atmósferas post-metal, la pesadez del doom, e incluso por paisajes góticos o de blackened, incluso guiños al djent.

Cada canción del álbum refleja de manera magistral la narrativa, Ese inicio aplastante y pesado de "Ábær", que abre el disco, y en la que las voces guturales y profundas muestran la dureza de la canción, mientras un sentimiento de melancolía te aborda, con esa carga emocional brutal que te alcanzan la fibra, gracias a esas voces limpias de Jón. Más densa y pesada es “Rikin”, incluso en las partes más rápidas, con diferentes cambios de ritmo. "Marrusorg" es más tranquila y limpia, sin voces abruptas, pero si muy emotiva. “Glæman” esta bañada en una atmósfera muy triste. Es como un llanto que no encuentra consuelo.

“Í hamferð” tiene un arranque muy agónico, con voces limpias muy oscuras y una atmósfera muy post que sólo rompe esa voz gutural cargada de rabia, con un final con partes blackened, agónico y desesperado. “Fredreygar” podría representar perfectamente la desolación que llega tras el desastre, con esas voces limpias y apagadas del inicio, en una atmósfera cálida que va subiendo el tono adquiriendo emotividad, tristeza y desolación. Una canción muy intensa. “Hvølja” representa el final de todo. Es como si se parara el mundo. Una canción extremadamente pesada y densa, tanto en la parte instrumental como en la vocal. Aplastante, con un ritmo muy lento y unas voces guturales muy profundas. Gran tema!

La propia "Men Guðs hond er sterk" cierra el disco. Una pieza instrumental atmosférica que contiene el testimonio grabado de uno de los sobrevivientes del desastre, de una entrevista de radio de la década de 1950, y merece la pena recordar lo que contaba Hamferð sobre este testimonio: “Describe lo que condujo a ese evento y el efecto que tuvo en la aldea durante años. Obtuvimos permiso de su hija para utilizar la entrevista; ella tiene noventa y tantos y todavía vive en el pueblo, así que Esmar llamó a su puerta y le pidió permiso, ¡el cual nos dio! Lo bueno es que cuenta esta horrible tragedia, pero tiene un tono optimista, porque uno de los barcos logró atravesar las olas. Entonces, en lugar de centrarse en las partes oscuras, su perspectiva emocional más fuerte fue la del milagro que los salvó”. Esmar Joensen, teclista de la banda, vive en Sandvik, donde ocurrió la tragedia.