H.R. Giger,5 Febrero, 1940 - 12 Mayo, 2014 segundo disco de Triptykon.

Por primera  vez en 74 años, la noche pasada fue una noche sin iluminar por la indescriptible luz que era H.R. Giger.

 

H.R. Giger se convirtió en nuestro mentor, contra todo pronóstico, cuando nosotros, con poca audacia, establecimos nuestro primer contacto con él hace 30 años. En unos tiempos en los que casi todo el mundo ridiculizaba, ignoraba, o incluso obstruían la música y una banda casi completamente desconocida de undergound suiza Hellhammer se creaba, Giger nos escuchó, nos habló, y nos dió una oportunidad. Precisamente cuando estaba en uno de sus grandes momentos de su carrera.

 

Poco más de un año después, su excepcional arte en uno de los álbumes más importantes de Celtic Frost, To Mega Therion, fue más que significativo. Era como si los enlaces del universo con Giger estuviesen predestinados.

 

Eventualmente, después de muchos años, el mentor se convirtió en amigo. Era una amistad y una conexión personal que valoraba infinitamente y esto también incluía a su maravillosa esposa, Carmen, y otras muchas personas notables que eran parte de su mundo.

 

Cuando Celtic Frost llegó a su final en 2008, H.R. Giger y su mujer estaban entre aquellos que fueron testigos de mi incontenible desesperación y estuvieron a mi lado. Que después de eso, Giger accediese a colaborar con mi nuevo grupo, Triptykon, nos permitió sacar nuestro primer disco, Eparistera Daimones, con una de sus más dramáticas obras que fue la portada. Significó mucho para mí.

 

Al parecer también complació a Giger. Él me dijo en numerosas ocasiones, que se sorprendió porcompleto en octubre de 2011 con la proposición de continuar con la colaboración suya y Triptykon. Nunca hubiese preguntado por tal cosa, porque nunca hubiese querido parecer insaciable. Dejó sus dudas a un lado, y  fue su tutelaje, la amistad y el arte lo que nos permitió, hacerlo de nuevo, lanzar un segundo álbum en el cual la música y la portada forman una simbiosis perfecta. Tan sólo hace un par de semanas, él tuvo el resultado en sus mano y le encantó.

 

Independientemente de cualquier cosa que pueda escribir sobre H.R. Giger, ninguna de estas palabras le describirán con precisión como persona y como amigo. Es inconcebible imaginar un mundo sin su talento, su percepción, su genio, su horizonte, su determinación, su humor, su amistad y su inconmensurable bondad. Y sin embargo, ahora nos quedamos sin eso en el mundo.

 

Tom Gabriel Warrior, Triptykon, Mayo 13, 2014

 

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Foto realizada por Katharina Vonow