Crónica; Rugido, Pulso y Lizzies (31.10.2016 - Sevilla)
La noche del 31 de octubre, en la sala La Calle de Sevilla, había zombies, vampiros, niñas del exorcista… pero sobre todo rock and roll y metal, porque las madrileñas Lizzies venían con ganas de darlo todo en Sevilla y presentar su álbum Good Luck, acompañadas en el escenario por las bandas locales Rugido y Pulso, organizado todo por Rock ‘em all.
La noche de conciertos empezó un poco torcida. Cuando, a pocos minutos de abrir las puertas de la sala con un público que estaba deseando que abrieran puertas para ver a los grupos, hacen acto de presencia policía local y bomberos de la ciudad para realizar una inspección sobre las medidas de seguridad, cosa que enfadó al público y a la organización, ya que eso influiría en los tiempos de actuación de los grupos. Tras una espera un tanto larga, cuando se marcharon policía y bomberos, el público pudo por fin entrar en la sala.
Los encargados de romper el hielo fueron Rugido, que llegaron para soltar como una bola de demolición su EP Resurge. Disfrazados para la ocasión del día, el concierto de la banda de heavy metal fue un constante headbanging, con temas de riffs de guitarras muy duros con una batería cañera acompañando, con temas como Prometeo, Madre Tierra o Rosas Negras (último videoclip del grupo), aunque también tuvieron un momento para la calma y para la seriedad en el tema Buscando un paraíso, canción que condena la violencia machista. Supieron ganarse al público con una buena dosis de heavy metal que no defraudó a nadie
Tras la dosis de heavy de Rugido, ahora le tocaba a Pulso descargar su cañón. Con una variedad de disfraces entre sus miembros muy curiosa (un payaso asesino de los actualmente polémicos, “Chofer” el villano de la última película de Mad Max, un cura demoniaco y una mezcla entre armadura y vestimenta que recuerda a atuendos de black metal), decidieron echar la sala abajo con su show, ya que era imposible que el público dejara de menear sus cabezas al son de temas como Sálvese quien pueda, Una de ejecuciones o Todos muertos, pero cuando realmente se comieron la sala fue cuando tocaron una versión la de famosísima canción The house of the rising sun. Tampoco hay que olvidar una pequeña anécdota durante el concierto, ya que la alarma anti-incendios decidió saltar debido a la cantidad de humo que había de la máquina del escenario.
Finalmente, llegó el turno de las cabezas de cartel, Lizzies. Desde luego su comienzo fue como el resto del concierto, una fiesta a base de hard rock que tuvo a su público en constante movimiento, ya que desde el primer momento con su intro Fuck you y 666 miles, el público sevillano estaba en la mano del grupo madrileño. Las canciones de su disco Good luck iban sucediéndose una tras otra, como Phoenix, One night woman, Night in Tokyo o Russian roulette, aunque el humo de la máquina apenas les dejara respirar (palabras textuales de Elena, cantante de la banda). La fiesta se vino aún más arriba cuando decidieron soltar el clásico de AC/DC Whole lotta rosie. El rock and roll seguía moviendo los cuerpos del público a ba
se de saltos y headbanging y desde luego las madrileñas no querían ver al público quieto. Por la falta de tiempo, el final del concierto fue como el comienzo: con los temas Viper y Speed on the road, Lizzies se fueron del escenario habiendo recibido el calor sevillano que pedía un bis pero que no se pudo tocar por la falta de tiempo, pero dejando un buen sabor de boca para los asistentes.