VHÄLDEMAR - "Sanctuary of Death" (MDD Records)

Vhäldemar, la banda vasca de Heavy Metal, regresa con su séptimo álbum, "Sanctuary of Death", una obra crucial que consolida su posición como una de las bandas más importantes del género. Siempre que me viene a la mente el nombre de Vhäldemar, de forma inconsciente recuerdo aquel día que puse un sampler del sello Arise Records y sonaron las primeras notas de “Feelings”, de su primer álbum en 2002. Fue una sensación brutal! Hoy, 22 años después, considero que los de Barakaldo, pese a seguir fieles a su esencia, pese a demostrar su honestidad músical, no están donde deberían. Y este nuevo álbum debería ser su explosión definitiva.

Desde el primer acorde, "Sanctuary of Death" es un torbellino de riffs y melodías que te envuelven con su sonido ya característico: riffs de guitarra potentes y melódicos, grandiosos solos de guitarra, una batería contundente, y la voz épica de Carlos Escudero. La banda ha madurado y su música suena más compacta y afilada que nunca. Pero esta madurez no les exime de sus raíces, y canciones como “Dreambreaker" les devuelve a su pasado. Una canción con mucha fuerza y melodía, y un maravilloso sólo de Pedro J. Monge. Me voy a repetir mucho ensalzando el trabajo de Pedro, pero es que esta brutal en cada una de las canciones.

"Sanctuary of Death" no es solo un disco de Heavy Metal, es un viaje épico, lleno de matices y, porque no, virtuosismo. Cada músico de Vhäldemar es impecable; Pedro J. Monge nos deleita con riffs de guitarra memorables y solos electrizantes, mientras que Carlos Escudero despliega toda la potencia de su voz en cada canción. La sección rítmica, formada por Raúl Serrano (bajo) y Jandro (batería), proporciona una base sólida y contundente, y la labor de Jonkol Tera en los teclados es magnifica, sin una presencia abusiva, y aportando brillantes duelos entre los solos de Pedro y el propio Jonkol. Y para rematar el trabajo, la producción corrió a cargo del propio Pedro J. Monge, y se nota. El sonido del disco es limpio, potente y equilibrado, y cada instrumento brilla con luz propia. La producción realza la calidad de las canciones y las lleva a un nuevo nivel.

Canciones como "Devil's Child", "Dreambreaker" o "Journey To The Unknown" son himnos instantáneos que te harán corear y levantar el puño. Vhäldemar tiene un don especial para crear melodías pegadizas que se te quedan grabadas en la cabeza.

“Devil's Child" abre "Sanctuary of Death" de forma potente y enérgica, con fuerza, con un Carlos poderoso y unos riffs de guitarra memorables. “Deathwalker” es más denso y pesado. Es una danza de atmósfera oscura , con unos estribillos llenos de fuerza y unos sólos muy Blackmore tremendos. La propia "Sanctuary Of Death" es un tema épico y majestuoso, donde teclados y guitarras toman protagonismo, con una melodía fantástica. Una canción marca de la casa.

"Forevermore" es una balada de gran carga emocional, con mucha fuerza, y con la voz de Carlos llena de sentimiento, al igual que Pedro y ese emotivo sólo que parece un interludio clásico. Brutal lo de este hombre!. Y pese a ser una balada, tiene todos los ingredientes para ser otro de los himnos de este disco. "Heavy Metal" es una clara declaración de intenciones en la que Vhäldemar dejan claro su pasión por el heavy metal. Una canción potente y enérgica. "Old King's Visions (Part VII)" es otro himno épico. Una pieza llena de matices, con ritmos galopantes, buen estribillo, y que incluye un pequeño duelo entre guitarra y teclados muy guapo.

"Journey To The Unknown", otro himno épico con melodía pegadiza y muy Heavy. "Brothers" es una canción especial en la que el bajista Raúl se encarga de la voz principal, con un aire más hard rockero, muy ochentero, que me ha recordado en su inicio, y en algunas partes, a unos Rainbow, o incluso DIO. No por la similitud de las voces, sino por la entonación y la estructura de la canción. Un corte muy diferente al resto del álbum.

"The Rebel's Law", otro himno al más puro estilo Vhäldemar. Directo y potente. "The Last Flame" cierra de forma instrumental el disco, con un inicio a piano, sin más, que evoluciona hacia un sólo épico, para acabar como empezó, con el piano.

"Sanctuary of Death" es un disco imprescindible para cualquier fan del Heavy Metal. Es un álbum lleno de energía, pasión y talento que te dejará sin aliento. Es justo decir que Vhäldemar se ha labrado una carrera a base de grandes trabajos y directos arrolladores (que levante la mano el que me pueda decir que ha visto un mal concierto de esta gente!). Este "Sanctuary of Death" reafirma esa línea ascendente de sus últimos trabajos, certificando uno de sus discos más completos hasta la fecha. No suelo calificar mis reseñas, pero este álbum merece un 10!!