24 SWR BARROSELAS METALFEST, Portugal. (25, 26 y 27 de Abril)
DÍA 1, JUEVES 25 ABRIL
De nuevo me encuentro situado en el recinto tras haber disfrutado de la velada que tendría lugar el día anterior, miércoles, con las bandas que competían por estar presentes en Wacken, crónica de la dimos cumplida cuenta, y a la que llamamos el “Día 0”.
La experiencia que tengo por delante no sólo me llama por las bandas más veteranas situadas en la parte alta de la tabla de programación, sino también por las bandas más modestas que es algo en lo que siempre ha incidido el festival, así que el disfrute está asegurado.
Ya el año pasado, tras superarse lo de la pandemia, se dispusieron únicamente dos escenarios en los que ir compaginando todos los conciertos programados y así se mantenía esta edición. Creo que es buena idea, puesto que agiliza la marcha y aunque algún concierto termine unos minutos más tardes, el siguiente no comenzará hasta que finalice definitivamente, así que daba tiempo a verlo todo íntegramente. De la carpa exterior cubierta y ampliada (Arena Stage) al escenario principal interior (Abyss stage) y así sucesivamente. El lugar que antiguamente ocupaba el tercero de los escenarios ahora lo integran puestos de merchandise y otros tenderos relacionados con la música, parches y abalorios varios. Destacar igualmente que el pago cashless desde la pulsera y la facilidad de hacer la recarga deja ya casi olvidado el molón token “Steel” con el que se realizaba el pago de las consumiciones.
Los brasileños DISGRACE AND TERROR hacían acto de presencia por primera vez en el festival haciendo girar los cuellos a un ritmo frenético, de trazas clásicas. La banda con sus más de dos décadas de trayectoria, venía presentando su último trabajo “The True Will Of Evil” conectando perfectamente con los parraquianos del lugar, por lo clásico de su propuesta y por su facilidad de comunicación en el leguaje.
Los lisboetas TOXIKULL seguían esa estela clásica con su consumado speed metal que me trasladó a los años ´80 de muy buena gana, porque saben condensar esa esencia con técnicas del pasado organizadas en el presente para no quede su propuesta obsoleta. Pusieron en funcionamiento los primeros ritmos tribales en el escenario principal, tanto entre el público, como sobre el escenario, al empezar los desfiles de los habituales que suben para darse una vuelta y lanzarse al público posteriormente, todo un clásico permito por la organización, que es parte del decoro y esencia de cada edición. Cada año son los mismos rostros los que practican estas técnicas musical-deportivas e incluso los propios miembros de seguridad, cuando alguno de ellos pierde la cartera, las gafas o el conocimiento, le guardan los objetos y luego los llaman para devolvérselos en mano. Todo un detalle en un evento con mucha ética familiar.
Desde Oporto SONNEILLON nos mostró una buena dosis de black metal ancestral con semblante serio y maquillado. El buen sonido que tiene el lugar hace que conciertos que puedes terminar siendo una bola de sonido por la naturaleza de ejecución de las canciones, termine sonando con una gran definición aunque vaya la batería y restos de instrumentos a gran velocidad. La armonía de su música sonó brillante, melancólica y apocalíptica, gracias a la destreza de los dos masters que integran el núcleo duro del grupo, Bellerophon detrás de la batería, así como Apollion cantando y tocando el bajo como si el apocalipsis llegara mañana.
Los suecos LIK fueron el primer soplo de aire fresco al mezclar death metal y rock and roll. Sus integrantes ponen en este proyecto, un toque de distinción a lo que se les conoce en sus otras formaciones, bien sea Katatonia o Bloodbath, viejos rostros activos en unas y pasajeros momentáneos como músicos de directo en otras. La cuestión es que los punteos de guitarra de Niklas Sandin y Thomas Akvik marcaban distinción dejando entrever que se lo estaban pasando muy bien. Sino que se lo pregunten al bajista Joakim Antman que no dejó de trotar por el escenario mientras hacía sonar su instrumento. Thomas, que además de tocar la guitarra se encarga de la voz, pareció verse algo sorprendido cuando veía como constantemente subía gente por el escenario sin que nadie les llamara la atención. Después su sorpresa llegó cuando se subió un tipo vestido de plátano y le bailo delante de su cara antes de lanzarse al público. El vocalista gritó “allí va la bananaaaaa” alucinando. El remate fue momentos antes de marcharse del escenario, ya que alguien se subió para hacerse una selfie en los momentos finales. El con paciencia se dejó llevar sin dejar de ejercer su profesión mientras la expresión de su cara era algo así como “estos tipos están locos”.
VIRCOLAC fue un agradable descubrimiento. Los irlandeses, con sede en Dublín, no hablaban de cerveza, sino de historias macabras, con un acertado tono oscuro en sus vestimentas, buenos argumentos e imagen para su maquinaria death metal que a veces pareciera sostener notas hechas para la banda sonora de una película de terror, en donde las atmósferas sonoras con esa iluminación tenue y difuminada pareciera estar pidiendo el acompañamiento de orquestaciones para recibir a alguna entidad maligna.
BELL WITCH marcó la diferencia con el minimalismo que integra su funeral doom haciendo un viaje de lento desarrollo y variaciones oscilantes mientras tocaban “The Clandestine Gate”, la única pista que engloba su último trabajo y que es el principio de un tríptico de álbumes planificados que lleva por nombre “Future´s Shadow”. Esta extensa pieza, “The Clandestine”, representa el amanecer del día y próximamente enlazará con una parte en formato de nuevo disco aún sin título, que representará al mediodía, y el futurible tercero, hará lo propio representando la puesta del sol. La intención es que el tríptico musical se conecte como un bucle enlazando una especie de ciclo de la vida con cada resurgir del alba. En esta ocasión había que dejarse llevar dejando la euforia apartada durante casi una hora, y degustar esta especie de megalomanía musical creada por el bajista Dyland Desmand y el batería Jesse Shreibman, ambos con imploraciones vocales, no apto para impacientes en busca de sobresaltos bruscos inminentes.
FREDAG DEN 13:E rompían con la parsimonia que pudiera haber llegado al lugar. Lejos de hacerse los suecos, la banda de Gotemburgo, con temas cortos y directos mostró su lado más punkarra, consiguiendo poner ímpetu a los presentes para que se sumaran a una debilidad hardcore llena de distinción, donde la actitud y las muecas de sus integrantes hacia parecer que algo iba a explotar en cualquier momento. Al final su cantante terminó llevado en volandas entre el público. No había tenido el gusto de ver hasta entonces a estos interesantes elementos en vivo, que llevan en activo más de una década, y ya os digo, que estoy deseando de cruzarme con ellos de nuevo.
CANCER con el cantante y guitarrista John Walker al frente como alma de la formación inglesa, mostró la esencia acumulada durante varias décadas repasando piezas musicales con un rodaje importante. Más que nunca su nombre se lee igual en Inglés que en español, porque la banda que le acompaña está integrada por músicos de nuestro país, Gabriel Valcálzar en la batería, Robert Navajas en la otra guitarra y Daniel Maganto como bajista, quien también compañero de Walker en la formaión Liquid Graveyard. Cada cuál jugó su baza haciendo que los temas antiguos sonaran actuales con esa esencia de culta que cargan a sus espaldas, aunque sin duda el bajista Maganto parecía estar atrapado por un remolino diabólico que no le dejaba en ningún momento parar el giro de su cabeza.
Ver al cuarteto neozelandés DIOCLETIAN fue como sentir el sonido de un martilleo continuo. Su bajista y cantante pareciera el rey de las tachas y los pinchos, pues más metal no se podía portar en ese escenario en esos momentos bajo su rostro encapuchado. Imagen que causaba respeto, no menor era la presencia de uno de sus guitarristas, cual mastodonte descamisado, pareciera tener una guitarra de juguete entre sus manos. Después de unos años sin disco grande, se presentaban con “Inoxerable Nexus” bajo la sobaquera, dando buena cuenta de su potencial.
TERRORIZER iba a subir el grado de velocidad dándole una vuelta de tuerca al asunto. Tras sonar la correspondiente introducción los huesecillos de la columna vertebral que engalanaban el pie del micrófono daba paso al poseedor de la misma, Brian Werner, a quien además le colgaba un fémur del bolsillo, junto a un montón de cadenas. El poco piadoso sonido death extremo y grind de estos veteranos, cuyos militantes Richie Brown, David Vincent y Pete Sandoval tocarían al día siguiente con su otra banda I Am Morbid, provocó que la gente enloqueciera y que más de uno se pasara con la agresividad de los pogos en la parte central del escenario. Sin duda fue un concierto temerario para recordar la verdadera década prodigiosa de los ´80.
Para cerrar tenían que haber tocado Schizophrenia pero tras cancelar su gira por la península ibérica, ese hueco lo iba a ocupar VOIVWOMB, la banda de Viana Do Castelo que había ganado el día anterior la final de la Metal Battle Portugal. Así que volvimos a ser testigos de estos tipos que parecían llegados del mismo infierno con su propuesta de metal extremo oscuro bien estructurado, y de nuevo, no tuvieron la necesidad de comunicarse verbalmente con el público más allá de mostrarse musicalmente para hablar a través de sus voces guturales e instrumentos. Salieron a hacer su show y cuando terminaron marcharon. Ganas quedan de volver verlos en Wacken dentro de unos meses.
DÍA 2, VIERNES 26 ABRIL
BOOBY TRAP y su crossover thrash sería mi arranque. La banda portuguesa llegada desde Aveiro, iban a poner con su sonido dinámico a bailotear a los más madrugadores. Me parecieron una buena apuesta para rescatar los sonidos crossover duros que vieron crecer al género como ramificación metálica con una chispa de eclecticismo, que además en su caso, también dejaba entrever la variada imagen de cada uno de ellos. Podían a ver estado cerrando la noche, que igualmente hubieran funcionado como cierre de fiesta.
ANALEPSY, que fueron los ganadores de la Metal Battle Portugal en 2017 estaban de vuelta en el festival. Recuerdo verles aquí actuar además en la edición posterior de 2019, y de la misma manera que me calaron entonces con su brutal Death Metal y esa auto denominación como portadores del "apocalipsis musical" lo hacían ahora. Sus costuras las noté más tensadas y resistentes una década después de sobrepasar la década desde que se pusieron a funcionar, constatando la crudeza y agresividad de su sonido. Si entonces podíamos hablar por aquellos años, de que tenían publicado su primer trabajo grande bajo el nombre de “Atrocities From Beyond”, también desde hace un par de años tienen publicado su sucesor “Quiescense”, temas de los que dieron cuenta.
NECROBODE, el nuevo proyecto de Hugo Leal “Vulturius”, Jao Galrito y Diogo Santana, destiló black y death metal entre un ambiente tenso y oscuro. La banda portuguesa reunió a muchos de sus fieles que les siguen en sus otros proyectos para disfrutar de una apuesta caótica llena de un desenfreno agonizante, que facilitaba la puesta de sol camino de la oscuridad, el mejor lugar en el que se podía encontrar un trío de esta naturaleza, y es que fue durante el momento de su actuación cuando llegaría el diluvio al festival, no por cómo sonaba su música, sino más bien, como invocaron a los fenómenos atmosféricos.
Ver a los brasileños VULTURE me hizo recordar los primeros tiempos de los madrileños Muro. No les había visto antes en vivo, pero me moló reencontrarme con un sonido clásico, tosco, lejos de matices que tengan que ver con los tiempos modernos. Hay bandas a las que les queda bien estar atrapadas en el tiempo y esta desde mi punto de vista es una de ellas. Incluso la imagen y gritos agudos de guerra fueron un planteamiento tan fuera de lugar en estos días, como cómodo de disfrutar en una edición de Barroselas como esta.
Estos CHILD no eran los que yo creía que venía a ver, pero fue una sorpresa poder disfrutar de esta banda grind sueca en donde toca la guitarra Alex Tjernfeldet, quien tuve ocasión de disfrutar por primera vez también en su otro proyecto Grand Cadaver un mes antes en el Dark Easter Metal Meeting de Múnich. Con estos antecedentes, ya te puedes imaginar que el resto de componentes andan metidos en otros proyectos paralelos, y así es, pero aquí quisieron mostrar su lado más gamberro haciendo los temas que tienen publicados en sus trabajos “Meditations In Filth” y “Shitegeist”.
SARGEIST desde Finlandia era otra de las bandas veteranas peculiares que no había tenido ocasión de ver hasta entonces, aunque ellos lleven arrastrando su black metal conceptual desde 1999. Lo del concepto lo amarro sobre todo a la mística de su imagen, basada en sayos de monje bajo el que se esconden rostros pintados como la misma muerte, tocando black metal disonante a toda pastilla como si no hubiera un mañana. Gracias Barroselas por acercarnos a estas bandas tan lejanas que no tendríamos ocasión de ver en mejor momento.
NOSTROMO fue otra de esas bandas rescatadas del pasado traída desde Suiza para dar cuenta de sus influencias variadas y versátiles en progresión. La capacidad que tiene su cantante para mantener inquietos a los espectadores es parte de la esencia, mientras su guitarrista alude a armonías que generan una tensión contenida, sólo rota cuando la batería organiza el delito de sangre. Muy interesantes, además apuntando diferencias sonoras sobre todo lo escuchado durante el día.
Con KRYPTS también tuve un nuevo bautismo de fuego. Otros finlandeses a tener en cuenta desde la segunda línea del frente, y escalando posiciones. Arrancaron su concierto con un tempo muy doom que sería una constante a lo largo de su espectáculo, porque lo dieron, y para bien. Tan sólo nos dieron la espalda en los momentos iniciales del show, después todo fue un cruce de expresiones guitarreras llenas de armonías que iban subiendo de velocidad, contrastando con los tempos ralentizados. Así que así se pasó el concierto, subido en un tío vivo entre death y doom que clamaba a espíritus muertos.
A los canadienses THANTIFAXATH los había visto seis días antes en el festival holandés Roadburn que tiene lugar en Tilburg, y allí a pesar de que su concierto no fue nada relajado, no terminaron de convencerme como aquí si lo hacían, ejecutando un black metal progresivo que iba a piñón fijo, bajo su aspecto encapuchado, marcando estilo tanto en lo personal como en lo musical. La semana anterior me habían parecido demasiados previsibles llegados a la mitad de concierto, y en esta ocasión a pesar de musicalmente ser un concierto parecido, me pareció que tenían la capacidad de darle una vuelta de tuerca que conseguía hacer algo más entretenido su espectáculo.
I AM MORBID fue el gran momento esperado del día, y allí se encontraban de nuevo sobre el escenario David Vincent frente a la voz y el bajo, al tiempo que Pete Sandoval en la batería, antiguos miembros de Morbid Angel, que el día anterior habían tocado con Terrorizer sobre el mismo escenario, y acompañados igualmente por el guitarrista Richie Brown. Como veteranos que pasaron por la formación clásica en los años ochenta, David y Pete llevan el estandarte paralelo de Morbid Angel por los escenarios como tributo a sus mejores años, y así fueron desgranando temas inciales como “Omni Potens”, “Inmortal Rites”, “Fall From Graces” o finales como fue el caso de “God Of Emptiness”, ·”World Of Shif (The Promisde Land)”, haciendo un genial concierto que fue más allá del tiempo que tenía programado.
HEXECUTOR iban a poner el broche final a la madrugada del viernes con la pericia que supone saber mantener viva la llama gastada durante dos jornadas intensas en aquel lugar. Los franceses no bajaron el pistón desde el primer tema ofreciendo un coctel de thrash y heavy metal muy clasicote, lleno de guiños al pasado, hasta en la forma de entonar los gritos más graves. Podría decir que no era nada nuevo bajo el sol, pero ni había sol, ni los había visto antes en directo, así que fue un acierto tener esta toma de contacto con estos treintañeros llenos de energía.
DÍA 3, SABADO 27 ABRIL
MORTE INCANDESCENTE harían notar una vez más su veteranía en el festival, con un sonido e imagen tendente hacia toda esa iconografía del black metal primario. Maquillajes, muñequeras de tachas, semblantes de muertes vivientes, y el toque de aparentar el mal humor que acompañan a sus letras. El trío portugués entregó un buen set de sinfonías oscuras, con tonos cambiantes, compartiendo parte de las letras el guitarrista Vulturius, a quien disfrutamos un día antes tocando con Necrobode, y el batería Nocturnos Horrendus, ambos viejos conocidos de la escena portuguesa al militar en otras bandas desde hace años.
ELS FOCS NEGRES es una peculiar banda portuguesa, ya que los temas están cantados en catalán. El conocimiento sobre el idioma de su vocalista les hace tener un enfoque especialmente raro, y al mismo tiempo atractivo. Por cierto, también es de mencionar su performance cuando no entona catalán, pues la cruz cristiana según caía al suelo repetidamente baja se convertía en anticristo. Buen directo y buena sonoridad para esta banda de Faro fundada hace cinco años que tiene dos discos publicados.
Los ingleses CONJURER fueron una atracción contundente entre tanta oscuridad. Su sonido no es sencillo de definir, pero navega entre pinceladas de post metal y una gruesa base sludge que hace que cada vez que ponen sus integrantes voces desmedidas en sus canciones, tensadas por la oscuridad, llegue a estremecerse tu cuerpo. Puede que sea una banda aún desconocida en este lado de Europa, y al mismo tiempo llegue a desentonar con el concepto sonoro más clásico del festival, pero no quepa duda que fue una suerte tenerlos dentro de la programación, y con seguridad dentro de pocos años vamos a acordarnos de este momento.
Como si fueran guerreros salidos de las ciénagas del infierno, aparecieron en escena los italianos HIEROPHANT. Su trabajo más reciente es un directo titulado “Gateway To The Abyss”, y es que es lo que mejor les define. Son demoledores en vivo, y mezclando black metal con otras sonoridades más crudas, tienen como lema no dejar títere con cabeza, y si me apuras hasta se pueden autoliquidar ellos mismos a base de “golpecitos” en el pecho. Sin duda es una banda que deberías de descubrir para poder disfrutar de sus conciertos la próxima vez que tengas ocasión.
SKITSYSTEM otra pandilla de suecos nada desdeñable. Al jefe Fredrik Wallenberg, guitarrista y vocera de esta mítica historia crust punk grindcore, que tuvo sus comienzos a principios de los años noventa, se le une el guitarrista de At The Gates Martin Lasson, pero aquí tocando el bajo. La guitarra es cosa de Andreas Axelsson, otro capo que ha militado en un buen puñado de reconocidas bandas suecas. En conclusión, un concierto genuino acorde con los músicos y el proyecto hoy por hoy vivo, pero difícil de ver en otros lugares.
ROPE SECT me dejó fijamente mirándolos buscando simetrías entre otras bandas que a veces musicalmente me venían a la cabeza, dígase Ghost o Grave Preasures, y de las que a través de algunas crónicas en Tnt Radio rock o sonando en el programa Mister Virus he podido dar cuenta de sus cualidades hace tiempo. Pues resulta que estos alemanes tienen un poco de eso pero al mismo tiempo conjugan otras cosas que tienden dependiendo del tema que toque hacia el post punk sin dejar de frotar melodías más duras en una música que suena “dulcemente oscura”. ¡Qué bueno que llegaran este año hasta aquí”, porque era evidente que rompía un poco el esquema habitual que tenía la mayoría de las bandas programadas, pero ¡vaya! ¡los que organizan esto saben muy bien lo que se tienen entre manos!. Al final del concierto, las sogas que muestran como logotipo, y que al mismo tiempo le cuelgan de sus atuendos escénicos, las tiraron al público.
TANKARD fue el concierto que nadie quiso perderse. Y posiblemente el momento en el que más espectadores había dentro del acotado recinto que contiene el escenario principal. Las muestras de estos alemanes “cerveceros thrashicos divertidos” enloqueció a gran parte del público. Un gran concierto con temas más recientes, pero condimentado con los clásicos que les vieron crecer, y beber. Su frontman Andreas Geremia mostró aparte de la escasa tela que le cubriera la barriga, sus dotes vocales, y de interpretación, dejando claro que están en un gran momento.
La formación checa de Praga, SNET, fue otro impulso destructivo hacia el final, con un toque mezcla de macarreo y deathgore. Su cantante no voy a decir que estaba como una regadera, porque no se la vi agujereada. También es cierto que se tropezó en una ocasión y fue a parar al suelo del escenario pudiendo habérsela partido. Me gustó mucho el impulso de su historia en primer plano, mientras el resto de la formación entregaba también lo suyo a nivel instrumental acompañando al vocalista.
BLASPHEMY tras un inicial impulso que demostraba las bestias que son en escena, en todos los aspectos, me terminaron aburriendo un poco. Fueon muy contundentes, pero pasado un tiempo de directo no me aportaron la frescura que su violencia aporta. Aún así no nos vamos a engañar. El monstruoso sonido que practican no siempre vamos a tener ocasión de disfrutarlo con la cercanía que inspiraba el momento. Oscuridad y tensión fueron dos puntas de un mismo aro que giraban continuamente sin caer al suelo.
SYSTEMIK VIOLENCE pondría final a la noche y al festival. Una banda formada por músicos con el cuartel general situado en Lisboa, cuyos rostros del batería y del cantante iban tapados por un verdugo, prenda que venía bien a esas horas porque hacía algo de fresco. Martillearon en el escenario exterior al público con sus consignas abrasivas poniendo en alza su hardcore punk de manera salvaje, con invitados sobre las tablas y ganas de quemar los últimos cartuchos de energía que guardaba el público.
Texto y fotos: Raúl “Mister Virus” García