Crónica: ROADBURN FESTIVAL 2024, Tilburg. Día 1 (18/04/24)
DÍA 1, JUEVES 20 ABRIL
El festival holandés Roadburn cada edición se convierte en el epicentro de lo oscuro, lo crudo y experimental, así como te da la posibilidad de disfrutar actuaciones únicas, difíciles de verlas repetidas con esa intensidad y en las circunstancias que son ejecutadas. Por algo Poppodium 013 y sus aledaños en abril es el punto de encuentro del underground líder en Europa con buenas dosis de música pesada abierta al rock en sus distintos vértices, redefiniendo esa pesadez hasta limites insospechados.
El primer día siempre está marcado por la llegada y los trámites previos antes de dirigirse al lugar donde tienen lugar los conciertos programados, que para los más veteranos, sobra decirles que se dan en distintas salas de interior a las que hay que dirigirse a veces con bastante antelación para no tener que hacer demasiada cola, puesto que la capacidad de las mismas es diferente.
Para involucrarse de lleno en el asunto más duro, ya a primera hora estaban programados los shows especiales de HEXVESSEL haciendo su disco “Polar Veil” íntegro con Mat McNerney al frente, así como WIEGEDOOD interpretarían la banda sonora de la película de terror japonesa muda “A Page of Madness”, actos que no pude disfrutar por las gestiones previas a las que hacía referencia antes.
El día continuaba con la vuelta de BODY VOID llegaba a Roadburn para actuar por segunda vez en dos años, pero esta vez en formato de cuarteto para darle todo el volumen que merece su último trabajo “Atrocity Machine” con esos temas largos y densos que hacían que tu cuerpo se moviera como si se tratara del péndulo colgante de un reloj de pared. Cuando los vi en la pasada edición, dejaron tal mella en el lugar, que todo hacía pensar pronto volverían a Tilburg, y no nos equivocamos.
Aún con el café en el cuerpo tras la comida de mediodía, la formación de Bristol SCALER nos ponía a bailar en el maingstage con su fusión de música electrónica y guitarras afiladas, que te hacían pensar que estaba en una sesión nocturna o de after fuera de lugar, en ocasiones viniéndote a la menta sonoridades de Chemical Brothers o The Prodigy, por citar alguna de los nombres más populares, pero hay que reconocerle al cuarteto su capacidad para hacer vibrar a esas horas a todo el mundo siendo uno de los conciertos destacados de la jornada.
A continuación VOID OV VOICES ponía al vocalista Attila Csihar en el punto de mira de un show difícil de contemplar con frecuencia, en donde los sonidos y las voces distorsionadas tornaba su envoltura a lo Sunn O))) tras previamente unas azafatas colocarle a sus espaldas una especia de cortinaje que imitaban ser unas inmensas alas blancas, sobre las que avanzado el show se proyectarían unas imágenes que decorarían más sus escenas rituales.
Tras tal shock y ya con los oídos bien ahuecados INTER ARMA se encontraba presentando en otro escenario de forma íntegra “New Heaven”, un trabajo que había que descubrir en primicia en el festival, porque no sólo no lo tocarán en ningún sitio por Europa este año, sino que lo presentaban por primera vez en el festival. Y fue una puesta de largo llamativa, porque no encontré en su composición los rasgos musicales que recordaba hace siete años cuando tuve ocasión de descubrirlos aquí mismo. La evolución en sonidos que suscitaban cambios de tiempo y variaciones instrumentales me causó sorpresa, para bien, pero al mismo tiempo falto de su sonido más característico. Por suerte hubo otros dos conciertos programados para los días sucesivos que les tendría haciendo sus temas más destacados de discos anteriores, e incluso un show secreto apuntando a versiones ajenas.
Tener la ocasión de ver de nuevo este año a Martin Kanja de Duma al frente de su proyecto en solitario LORD SPIKEHEART fue todo un puntazo, sobre todo porque su actuación tenía lugar en el next stage, el mismo lugar donde el año pasado realizaría un concierto secreto para poner punto y final a la edición de 2023, con lo que ese buen sabor de boca dejado se volvía a agitar, pero el músico africano en esta ocasión no contaría con su compañero Sam Karagu acompañándole, aunque sonaran sampleados muy extremos de fondo para que el vocalista pusiera sus letras a buena velocidad. En realidad fue algo parecido a lo ya mencionado en formato de duo, pero con las revoluciones un poco más relajadas, pasando del noise grindcore a técnicas industriales para los adictos al desfase, claro, sin alternar esta vez momento alguno esas partes de guitarra que incluía Karagu al no estar presente, y es que su debut en solitario “The Adept” así se expresa. Y por ello, tal vez los aullidos que profería al micrófono esta vez tampoco los llevaba al borde de destrozarlo.
Luego mudaríamos la piel para ver el espectáculo más intimo de CHELSEA WOLFE, que nos iba a meter de lleno en su mundo interior, en dónde muestra ser algo más que una excelente cantante y compositora, rodeada de oscuridad y tempos ralentizados que se daban la mano entre pasajes sonoros oscilantes y tenues luces que devoraban el lugar como si fueran agujeros negros a medida que nos acercaba a las canciones de su nuevo trabajo “She Reaches Out To She Reaches Out To She”.
Había expectación por ver como sonaban los nuevos temas de ROYAL THUNDER, pero lo cierto fue que el concierto integro dedicado a su último trabajo “Rebuilding The Mountain” lo dejarían para el día siguiente. Eso sí, en esta ocasión, iniciarían con “Fade” para abrir el apetito de lo que se venía en la siguiente jornada. La banda tras tocar fondo hace algún tiempo ha sabido resurgir de sus cenizas, y en las previas de ese desgrane de emociones que suponía poder disfrutar de su esperado cuarto trabajo, aquí también veríamos el resultado de saber sacar partido a las adicciones y tensiones internas, con su peculiar forma de ver el rock, mezclando hard rock con el grunge noventero, así como elementos de rock progresivo y rock psicodélico, llevados a los tiempos que corren, donde está marcada su evolución.
La formación canadiense THANTIFAXATH me llamó la atención en los momentos que los escuché en disco por su condición blackmetalera y esa pauta que se daban como tipos que manejaban su música como incendiaria, discordante y abrasadora ayudados de un theremin para darle un toque más espacial a la historia. El concierto no fue nada relajado, todo lo contrario, ejecutando un black metal progresivo que iba a piñón fijo, y eso se notaba pasada la mitad de su actuación, no porque ellos se vieran cansados, sino porque a medida que pasaba el tiempo se convertían en un grupo menos inquietante. Fueron siempre a toda pastilla, bajo su aspecto encapuchado, marcando estilo más en lo personal que en lo musical.
Y para cerrar la jornada nos desquitamos con la banda de Filadelfia EYE FLYS por fin debutando en el festival. Se esperaba su venida y les reservaron el tramo final día en el next stage. No lo desaprovecharon, pues hicieron un concierto que era como un caos disonante muy organizado, una estrategia sonora para dejarte llevar con su animalada de sonido que dejaba escuchar notas muy duras de forma perfecta, al ritmo de una voz agresiva que se balanceaba entre ese empaste musical, como si fuera una hamaca que no dejaba de moverse, pero eso sí, peligrando que pudiera darse la vuelta en cualquier momento.
Texto y fotos: Raúl “Mister Virus” García