WACKEN 2024. Alemania. Día 1 (31/07/24)

MIÉRCOLES  31 DE JULIO

Los húngaros TÜRBÖWITCH fueron nuestro arranque para este miércoles que prometía un inicial y extenso plan de cuatro jornadas. La formación de Budapest acotaba sus influencias con sonidos y vestimentas ochenteras que te transportaban a la escena musical de aquella época, dejándose llevar por un eclecticismo old school referenciando toques de thrash metal y alegorías constantes al punk, con diversión, y dosis de guiños de macarreo en alguno de sus miembros, que incluso  llevaría a su cantante a bajarse al foso, para dejarse caer entre el público y hacer a los más madrugadores  partícipes más cercanos de su actuación.

Los siguientes veinte minutos de Metal Battle que disfrutamos en los alternos escenarios de W:E:T: / Headbangers, los protagonizaron los turcos BLACK TOOTH. Con una base groove contundente enseguida se abrió paso sobre el escenario su cantante, con una especia de marcha rítmica militar que enseguida la tensión le empezó a hacer permutar en una especie de show escénico, que recordaba a un Phil Anselmo en cuanto a los gestos y tonos, fundido en la imagen de Scott Ian. Peculiar grito de guerra inicial el suyo saludando a los asistentes a Wacken, antes de ponerse en órbita recorriendo el escenario en toda su extensión.

BUTCHER BABIES teniendo como única interprete vocal a Heidi Sheperd sobre el escenario, me haría contrastar inevitablemente no ya la fortaleza vocal al encargarse de hacer el concierto ella sóla, sino la capacidad física de no tener quien le diera la réplica en algún momento de necesidad. La banda a nivel instrumental sonó a toda pastilla y con la intensidad de siempre. Innegable la versatilidad que ofrecen estos músicos para pegarte una patada en la cara a cada pulsación de instrumento que se marcan. Es cierto que se notaba el vació al no estar allí Carla Harvey para intercambiar voces, aunque sean similares los registros de ambas, así como también el collage de saltos y arengas hacia el público al que nos tienen acostumbrados por duplicado. Así seguirá la actual gira, sin Carla,  hasta que resuelva su cirugía y posterior curación de uno de sus ojos, contando con la comprensión y el arrope del público mientras la banda se centra en mostrar más sólida su fortaleza escénica.

Grata sorpresa la de los alemanes INFECTED UNION con un sonido thrash armónico, técnico y cautivador, en lo que fue un concierto que me hizo ver como subía el nivel de la adrenalina. Incluso provocaron que decenas de metalheads comenzaran a tirarse sobre el suelo y empezar a remar como si quisieran llegar a la zona vikinga a pedir una hidromiel. Es decir, que descolocaron para bien a todo aquel que les estaba viendo con ese semblante negro en sus vestimentas. El colofón fue cuando salió una mascota en plan “gigantes y cabezudos” como si fuera el Eddie de los Iron Maiden, interactuando de forma autónoma con músicos y público.

Los japoneses PHANTOM EXCALIVER fueron los ganadores de la Metal Battle 2023 y por lo tanto aquí llegaba la réplica del galardón de la pasada edición. Días más tarde serían los encargados de pasar el testigo a los ganadores de este año, que fue la banda danesa THUS gracias a su sonido death metal melódico, pero eso es otra historia. Ahora nos ocupaba estos divertidos tokiotas con su particular alma mater al frente, el robusto cantante Kacchang, quien no dejó de llamar la atención, no ya por su particular y mutante peinado, sino por enseñarnos la barriga como parte de la performance que el vocalista sabe equilibrar de forma pasional. Cuando los vi por primera vez me recordaban en ciertos aspectos sonoros a Dragonforce, pero en esta ocasión después de ver volar de esa manera por el escenario a Kacchang, me encontraba frente a un  auténtico “Bola de Dragón”.

Con un show falto de potencia en el sonido, algo habitual en el escenario Louder durante todo el festival, GIRLSCHOOL interpretó su temario como esperábamos, en lo que fue un concierto genuino sin fuegos de artificio, que nos hizo revivir algunas de sus históricas piezas que las tienen en activo, sin necesidad de que le pidamos más de lo que ellas nos ofrecen por sí solas al transportarnos a aquella gloriosa década ochentera, abriendo fuego con “Demolition”, y siguiendo con “C´mon Let´s Go” o “The Hunter”.  Llevaron la veteranía por bandera, pero también el afecto, al recordar la psicodelia setentera del grupo The Gun en el tema “Race With The Devil” y sus queridos Motörhead cuando sonó “Bomber”.

A la legendaria banda de speed metal SDI le sentó muy bien reactivar su largo periodo de inactividad hace algunos años, y sigue haciendo con el fundador, bajista y cantante Reinhard Kruse al frente, lo que siempre le ha funcionado tan bien, aunar canciones antiguas y más recientes, unidas por la fuerza común de ser siempre himnos de metal que suenan a la vieja escuela.

La banda con sede en Berlín DEIMOS´ DAWN fue otro de esos grupos que estaban programados en el escenario Wasteland, una posición algo alejada de los mainstages, y que merecía la pena presenciar para ver su alborotada oda al de thrash metal crudo. Repasaron los temas de su único disco publicado “Anthem Of The Lost”. A modo anecdótico, me llamó mucho la atención que su cantante Marc Grewe, a quien un mes antes tuve ocasión de ver actuar en Hellfest con el grupo Asinhell, fuera vestido de la misma manera de pies a cabeza, aunque de proyectos diferentes se tratara. A eso se le llama “ponerse el mono de trabajo” para ir al tajo sin importar donde tenga lugar.

TINA GUO fue el show más exótico del día, porque además no teníamos muy claro en que se iba a basar su directo, después de saber de sus notables colaboraciones a lo largo de su carrera con músicos de toda condición musical y participando de bandas sonoras y videojuegos. Los altibajos en la potencia de sus composiciones, y no lo digo de forma despectiva, sino porque así estaba planificado el arte de esta violonchelista china con residencia en Estados Unidos, acapararon toda la tensión y atención para que disfrutáramos sobremanera cuando la cosa se ponía especialmente eléctrica o al menos más endurecida, haciéndonos recordar por momentos pasajes de otras formaciones como Heilung o The Hu. Fue continua su entrada y salida del escenario para afrontar piezas ambientales llenas de percusiones, consiguiendo en todo momento un clima muy especial. Hasta subió la cantante alemana Jennifer Haben del grupo Beyond The Black a participar de este singular encuentro con los metaleros que este año asistieron a Holy Ground.

Los murcianos HITTEN gozaron del escenario situado a medio camino entre el acceso al recinto y el epicentro de lo que sucedía en el corazón de Wacken, dando posibilidad a todos aquellos que venían del camping o de la zona del mercado para acercarse a verlos y descubrir su impacto en directo mientras tocaban. Como no podía ser de otra forma, también se dieron cita otros españoles y público convencido de lo que iba a disfrutar durante su set. Con pasión y actitud, hard rock y heavy metal clásico fueron dando forma a una comunión entre público y músicos que nos hizo disfrutar de la destreza que mantiene el quinteto, muy bien apuntalado a base de guitarras estremecedoras, pero sobre todo por la seguridad de su cantante Aitor Navarro.

HELLRIPPER consiguió aunar a todos los sedientos de thrash metal a la antigua usanza con otro tipo de metaleros que necesitaban de una alta dosis de actitud escénica. Una vez arrancó el concierto, lanzaron su show pendiente abajo sin frenos para montar una fiesta que siempre está garantizada. La magia está en hacer temas con una continuidad adictiva, todo muy estructurado por el cerebro de esta historia, el músico escocés James McBain, autor de toda composición, quien primero en el estudio graba todos los instrumentos y luego los traslada a los escenarios con su banda de directo, por cierto muy ensamblada.

SUZI QUATRO también causaría mucha expectación. Había ganas de ver como defendía a sus 74 años temas míticos que no han pasado de moda. Pero claro está, la cantante y bajista no le da la misma expresión al significado de sus letras creadas décadas atrás. Tuvo un arranque muy rockero con “The Wild One”, “I May Be Too Young” y “Daytona Demon”, aunque poco a poco fue convirtiéndose en un espectáculo para “todos los públicos”, pues incluso llevaba una sección de metales. Tuvo algunos parones necesarios para tener algunas palabras de conexión con el público o para dar paso a partes instrumentales que apaciguaran el ritmo del concierto. Suzi nos dejaría igualmente guiños divertidos, cuando nos dedicaba posturas escénicas ensayadas para una adolescente veinteañera. Las alusiones a aquellos tiempos mozos fueron muy bien recibidos sobre todo cuando hizo versiones de Neil Young, Creedence Clearwater Revival y Chuck Berry.

Texto y fotos: Raúl “Mister Virus” García / Oscar Torres