Crónica de concierto

WACKEN 2023. Sábado 5/08/23

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SABADO 5 DE AGOSTO

MASTERPLAN

MASTERPLAN fue la banda elegida para arrancar la última jornada de este Wacken tan especial. Horas antes había caído de nuevo un buen chaparrón. Y las explanadas de los escenarios principales estaban de nuevo sodomizadas por el barro, aunque por suerte llevábamos nuestras botas de PVC para evitar lesiones y otros males menores ante tal penetración climática. Los alemanes capitaneados por el guitarrista Rolaw Grapow asistían a una escena muy curiosa, pues apenas había tres filas de personas pegadas al escenario separada por una amplia capa de barro fresco dispuesto para cualquier ávido alfarero, y detrás a muchísimos metros de distancia el resto de los valientes que querían potenciar su agudeza visual. Empezaron a degüello con su clásico “Enlighten Me” de la época de Jorn Lane, pero aquí enfilado por este otro portento vocal, el veterano Rick Altzi de At Vance, quien cogiera las riendas vocales tras su marcha. Por cierto, que Kevin Kott, su también compañero en esa otra banda estaba detrás en la batería. Un concierto mañanero alucinante como parte de un buen desayuno granjero, que nos permitió ver también en acción al bajista Jan-Sören Eckert de los compatriotas Edguy integrado de nuevo en la banda de forma puntual para este show, mostrando su raspa de sardina en forma de bajo o viceversa.

BLACK MIRRORS

BLACK MIRRORS, el cuarteto belga en el que milita la radiante cantante Marcella Di Troia, embaucó con sus sonidos blueseros y rockeros abiertos a otros sonidos cercanos, al mismo tiempo que distantes, porque la música de la década de los noventa está presente en sus composiciones. Hicieron que esta fuera una mañana destacada gracias a la manera de abordar su más reciente trabajo “Tomorrow Will Be Without Us”. Las líneas de guitarra con incursiones grunge se fusionaban en armonía, dando paso a riffs pegadizos y la voz adictiva de Di Troia. De alguna manera consiguieron que no quitaras ojo a todo lo que iba sucediendo sobre el escenario, porque su actuación fue como un complot de distracción al mismo tiempo que atrayente. Una trampa tendida para que cayeras en sus redes y no pudieras salir de ella sin la promesa de seguirles la pista cuando te limpiaras el barro de las botas durante la vuelta a casa.

MARTY FRIEDMAN

MARTY FRIEDMAN, que nos había brindado una precisa colaboración con Megadeth la noche anterior, madrugaba en esta ocasión para dar una autentica lección de guitarra repasando temas que con independencia de ser más o menos conocidos para una parte del público, adquirían un matiz de emblemáticos gracias a la maestría del autor. A primera vista, chocaba que su banda japonesa, lugar donde el guitarrista reside, tuviera tras la batería a un músico occidental, y junto a ellos fue enlazando la sonoridad instrumental con solvencia, sencillez, simpatía y felicidad, hasta que paró por un momento para explicarnos que su batería era francés y había tenido que sustituir al nipón original por un problema de salud. La cobertura a mí se me hizo acertada puesto que aquello sonaba muy empastado para que cada uno de los músicos disfrutara y entretuviera por igual a los que allí estábamos presentes.

 

JAG PANZER

Me hubiera encantado ver a JAG PANZER con Joey Tafolla en su formación, el gran guitarrista que pasó por su alineación en distintas épocas, y por la que conocimos en su momento a esta banda ochentera de leyenda, pero no tocaba en los tiempos que nos ocupan. Aún así, tener la ocasión de ver la marca clásica de su cantante Harry "The Tyrant" Conklin, con esos rasgos vocales tan heavys, y tan bien acompañado por el resto de la banda, ya era un acontecimiento. Uniformados con las mismas camisetas fueron dando cuenta sobre todo de su último trabajo “The Hallowed”, dejando caer los temas “Bound As One”, “Prey!”, “Stronger Than You Know” y “Onward We Toil”. Fueron muy cercanos con el público, bajando al foso para compartir sensibilidades con los seguidores situados en las primeras filas.

BIOHAZARD

BIOHAZARD era la excusa perfecta para ponerse a brincar sobre el barro y así ayudar al sol que empezaba a calentar el terreno, a que fuera compactando el firme aún deforme y moldeable. La banda neoyorquina venía celebrando con la formación original su 35 aniversario y demostraron seguir teniendo un potencial espectacular con Billy Graziadei al frente de la voz y guitarra, contagiando con sus saltos hardcoretas a un público que se le notaba como disfrutaba, aunque también había gente estática mirando atentamente. El bajista Evan Seinfeld en este nuevo regreso al grupo aportó muchos de los matices imprescindibles para entender sus orígenes. La primera vez que Evan Seinfeld abandonó la banda para pasarse al mundo del porno duro y así follarse a actrices como Tera Patrick y Lupe Fuentes, a la postre esposas suyas, pensé que ya la formación neoyorquina no me la volvería a poner tan dura como sí lo hacen sus películas, pero que equivocado estaba. En la escasa hora de actuación, la lista de canciones frenéticas que sonaron fue total, con escenas de vértigo sobre el escenario, clásicos permanentes, incluyendo la versión del “We´re Only Gonna Die” de Bad Religion. Estoy convencido de que cuando le vuelva a ver la polla a Evan Seinfeld en alguna de sus películas, soñaré con Biohazard

JINJER

Había ganas de JINJER, y teniendo en cuenta cómo están las cosas por Ucrania, podemos dar gracias de que los músicos puedan ejercer su trabajo fuera de su país. Más allá de los belicismos, que nos apena tanto, ellos siguen demostrando con más destreza que nunca por qué es una banda a la que cada vez se la tiene más en consideración, Ya en sí, Tatiana, su cantante, tiene ese aura que la marca como un ídolo, por sus gestos, sus movimientos, sus miradas, y esa forma de cantar que estremece con sus contrastes vocales. Iniciaron la avalancha sonora con “Perennial”, “Ape” y “Words Of  Wisdom” rompiendo esquemas, como siempre, y luego no cejaron en seguir la misma línea con otros pildorazos como “Call Me A Symbol” y “Vortex”. Mientras sus compañeros ejercían casi como músicos consortes, ella abordaba continuamente una pequeña tarima en la que se subía de forma intermitente. Un aplauso para Roman, Eugene y Vladislav (guitarra, bajo y batería respectivamente), quienes hicieron de aquello una olla a presión. La recta final la enfilaron con los temas “Pit Of Consciouness”, “Sleep Of The Righteous” y “As I Boil Ice”.

 

KILLSWITCH ENGAGE

KILLSWITCH ENGAGE volvían al festival quince años después tras aquella primera aparición por estas tierras, y lo cierto es, que siguen provocando pasiones entre un público joven que sabe enganchare a unos tipos capaces de fundir metal alternativo y engatusar a quien hace tiempo vio en ellos un término fiable en eso de la nueva ola del metal americano. Son atrevidos en las vestimentas y un contraste absoluto por lo tanto cuando ves como se comportan. En realidad lo que interesa, es que el aspecto de la imagen, que en unos va súper currada y en otros estrafalaria, sea algo secundario cuando suenan riffs de guitarra y tonos de voz llamativos. La variada fórmula musical la llevan cosechando cerca de un cuarto de siglo, y siempre han despuntado cuando en otras ocasiones he tenido el gusto de verles. Así son ellos. Tras causar impacto con su particular sello sonoro, cerraron con la versión del “Holy Diver” de Dio.

POSSESSED

POSSESSED, con el genuino cantante Jeff Becerra al frente, era la tercera vez que actuaban en los escenarios del festival. Todo fue sobre ruedas, pues esta vez venían mostrando temas de lo que fue su último disco publicado, ya en un lejano año 2019. Había pasado algo de tiempo de espera y por eso al disco “Revelations Of Oblivion” le dedicaron unas cuantas canciones, entre las que no faltaron “No More Room In Hell” y “Damned” en la apertura, para más tarde hacer “Graven” y “Demon”, aunque sin duda, el disco de referencia que todo el mundo estuvo encantado de escuchar, fue el de su debut “Seven Churches”, y por eso incidieron en canciones como “Pentagram”, “The Exorcist”, “Fallen Angel”, “Death Metal” o “Burning In Hell”, títulos con los que pusieron término al show.

 

HEAVEN SHALL BURN

Recuerdo ver a HEAVEN SHALL BURN en la edición de 2009 y os aseguro que aquella tuvo tanto barro como esta. Aquel otro barrizal fue alucinante, lo que pasa que era más licuado y las sillas de ruedas de los asistentes minusválidos incluso podían girar con el impulso de su propio ocupante. En esta ocasión tenían que ser trasladados desde un punto A hacia un punto B en volandas. ¿Y por qué cuento esto?, porque su vocalista Marcus Bischoff en aquella edición lanzó sus botas de agua al público después de criticar que allí había tanto barro que ya ni les servían para caminar por el suelo. Esta vez parece que lo tenía superado. Habitualmente sus conciertos siempre son notables y este no lo fue menos. La entrega con el público fue total. Una vez más sublimes los alemanes. Comenzaron con la intro “Awoken” y a continuación “Endzeit” y “Übermacht”, poco más tarde harían su versión “Black Tears” de Edge Of Sanity, y después todo parecía que se iba de madre porque aquello fue cogiendo revoluciones hasta casi estallar el lugar.

 

VOIVOD

VOIVOD actuaban recordando los cuarenta años que se han echado a sus espaldas y fue uno de los conciertos más esperados por nuestra parte. Siempre fue una banda de culto algo incomprendida musicalmente por practicar un thrash metal progresivo de expresión jazzística. Lo cierto es que en su momento se les veía como a unos tipos raros remando contra corriente, pero a mi siempre me parecieron originales, y me encantaron por su singularidad al mismo tiempo que por su atrevimiento pasando por la tangente de los sonidos más clásicos del thrash metal, por eso lamento que a día de hoy sigan sin calar de forma masiva entre el público. El tren sigue recorriendo su espacio a través de unos raíles sólidos, y “Killing Technology” fue la locomotora de época que iba tirando del resto de los vagones en formato de canciones en donde se fueron mezclando temas coetáneos como “Macrosolutions To Megaproblems”, con otros más recientes como “Obsolete Beings” o “Synchro Anarchy”. A Denis “Snake” se le vio muy activo recorriendo el escenario al ritmo disonante de sus canciones, al tiempo que iba contando algunas cosillas al público, como cuando tocaron la canción “Revel Robot”, en donde recordaba que esa composición era de la época en la que el bajista Jason Newsted militaba en la banda. Un buen repaso a su historia presente, pasada y esperemos que por mucho tiempo futura.

 

Texto y fotos: Raúl “Mister Virus” García / Julián Brihuega

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