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Introducción al rock japonés parte 1.
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En los años 50, jóvenes de todo el mundo embarcaron en un contagiante ritmo creado en Estados Unidos, el rock’n’roll. Alrededor del mundo, aparecieron grupos cover que tocaban las músicas creadas en la tierra del Tío Sam y, más tarde, Gran Bretaña. Y, a pesar del aislamiento cultural, en Japón no fue diferente. Pronto surgieron artistas nacionales tocando músicas de su propia autoría, después de la creación de una vertiente del rock’n’roll en la década de 60: el rock progresivo.
Con grupos formados por jóvenes universitarios como Jacks, The Tempters, The Golden Cups, The Mops, The Dynamites y, más tarde, Cosmos Factory, Kenso, Bikyoran, Ruins y After Dinner, Japón empezaba su verdadero viaje por el mundo del rock, imitando el trazo de los maestros ingleses.
Pero fue en los 80 cuando el escenario japonés cambió drásticamente. En los medios empezaron a destacar grupos que definirían las bases del pop rock japonés, siendo BOØWY la más famosa de ellas. El grupo se transformó en una leyenda en la historia musical japonesa, a pesar de haber durado apenas 8 años, un tiempo corto para la magnitud del hecho. Hoy, todos los miembros de BOØWY, excepto Makoto Takahashi (batería), se dedican a carreras en solitario, siendo Kyosuke Himuro (vocal) y Tomoyasu Hotei (guitarra) los más destacables.
Entre el pop rock y el hard rock está el grupo campeón de ventas de discos en Japón, B’z. Exacto, en un país tan pop, la medalla de oro se la lleva el rock. Desde 1990, todos los álbumes y singles del dúo formado por Koshi Inaba (vocal) y Tak Matsumoto (guitarra) han ganado el primer puesto en la primera semana del ranking de la Oricon (“Original Conference”), la lista de discos más vendidos en Japón.
Texto : Camilla Ribeiro.
Publicado el 27 de mayo, 2013