ATREXIAL; Naga S. Maelstrom nos sumerge en el corazón de "The Serpent Abomination"

El tema que abre el disco. Un inicio diferente, medios tempos, riffs disonantes a modo de mantra. Queríamos crear una atmosfera casi únicamente de un tono con pequeñas variaciones y que la batería fuese la que aporta los cambios más sustanciales. Todo ello dispuesto para que las voces tuvieran un manto donde desarrollarse en varios registros desplegando una gama más variada al Black Metal convencional.

Un elemento importante son siempre las atmosferas pre-canción, los teclados que entran en momentos clave para renovar el sentido de algunas melodías y aportar armonía.

A nivel lírico Blackfire Liturgy habla de la aceptación de nuestra irrelevancia a nivel existencial. Como humanidad, siempre hemos envuelto la ignorancia con liturgia y nos limitamos a ser aquello que somos por naturaleza: un veneno, una anomalía capaz de hacerse preguntas que nos acercan a aquello que ha creado la realidad que habitamos.

Es el tema que da título al álbum. A nivel compositivo quisimos explotar a otro nivel las guitarras creando melodías con varios cambios armónicos, manteniendo un carácter malevolente y afilado, pero también usando dinámicas de riffs más pesados. Queríamos que el tema fuera escalando despacio hasta que las melodías centrales quedan reveladas para arrancar con velocidad y furia en las voces. En la parte central del tema desarrollamos un cambio de dinámicas como un segundo acto que explora nuevas melodías y arpegios en disonancia para regresar a la melodía inicial del tema como seña de identidad, pero no sin antes pasar por riffs donde la batería juega con contratiempos, sincopados y ritmos más elaborados que a lo que el Black Metal clásico nos tiene habituados.

El tema habla sobre la continuación de Blackfire Liturgy. Tras el velo de la realidad y del de nuestros sentidos, tenemos la capacidad de percibir algo, una entidad creadora y destructora que mueve la rueda de la existencia y tejedor del destino. Solo vislumbramos una presencia para la que somos irrisorios y con resignación nos sentimos sujetos a lo que no podemos entender ni controlar. Y comprendemos que el universo nos es hostil por mucho que nos creamos el centro de la creación.

Se trata de una de las canciones con mayor evolución y cambios tonales que hemos creado. Desde un medio tempo donde las guitarras usan acordes bastante elaborados y pasan por varias fases hasta un punto de ruptura para dar paso a una sección donde la voz cambia por completo el registro a algo nuevo mientras la instrumentación dibuja melodías disonantes que suben medio tono y regresan en repetición una y otra vez.

La segunda parte del tema es otro cambio tonal completo en el que la guitarra líder toma el control y hasta el final del tema destila melodías afiladas, arreglos y variaciones que pasan de la furia a la melancolía final.

La letra del tema trata sobre el destino, incontrolable, insondable, pero sin embargo al que no rechazamos tratar de leer y alterar. Habla también sobre el concepto arrasador del tiempo y la eternidad para el que no estamos creados para asimilar y lo amargo que resulta comprender por fin nuestro lugar en la existencia.

Este tema es un mantra. Simple de entender. Es majestuosidad y poder. Recurrimos a los tonos más graves de nuestra afinación y pequeñas alteraciones en la melodía principal para proporcionar sensación de que le tema está vivo y respira. Llegados al interludio, empieza un despliegue atmosférico con voces tibetanas, reverberaciones, percusión y una guitarra que hasta el final del tema no va a variar ni detener su línea. El interludio escala en potencia y oscuridad, la batería entra con blastbeat y eleva todo al nivel de poder que la canción describe en su título.

El concepto de esta canción a nivel lírico es el poder absoluto. El poder que sí podemos ejercer en nuestro mundo y hacemos desde que descubrimos que el miedo equivale a poder, usando la oscuridad inherente a nuestra humanidad y la ascensión al estado de Divinidad entre los propios humanos. Es un eco de los temas tratados en nuestro primer disco “Souverain”

Este tema sin duda es el más largo que hemos creado hasta el momento. Estaba pensado para ser tres canciones diferentes, actos diferentes de una misma historia, pero decidimos que todo ello fuera un solo tema, un viaje, y de una escucha poder experimentar varias sensaciones, pasar por diversos estados, desde la ira, el desprecio, incertidumbre, vanidad, sumisión, admiración y al final incluso esperanza.

Los interludios son momentos necesarios donde el tema se aleja lo suficiente como para que el experimente la sensación de introspección y regresar al torbellino. Ocurre una segunda vez, pero el regreso no es a un momento de furia, es una caída a algo menos frenético, pero sí más amenazador y dañino para el alma.

La parte final del tema es como ver un rayo de luz saliendo de un agujero negro y agarrarse con todas nuestras fuerzas a esa luz antes del inevitable paso al enloquecimiento, pero esa pendiente es inevitable y caemos, y en nuestro último segundo de cordura, aquella entidad desconocida creadora nos revela todo aquello que es, hubo y habrá.

Este tema es donde el disco se centra en el lado más melancólico e introspectivo.
Usamos melodías bastante repetitivas y reverberadas para dar sensación de amplitud, hasta llegar a secciones donde las guitarras usan pequeñas disonancias mezcladas con arpegios rápidos con cambios de velocidad de varios tipos, y todo ello desemboca en una pausa con guitarras limpias que mezclan una atmosfera eclesiástica y lúgubre.

Sin aviso, la canción despierta con la irrupción de un solo lento, melódico, pero ominoso y en ocasiones triste. El tema pasa por un momento de preparación para la melodía final donde se despliega la maldad a la vez que la elegancia para que abruptamente el silencio deje paso a la outro donde solo quede una guitarra sonando en la misma melodía que acaba de desaparecer, dejando una sensación de vacío.

Si bien es cierto que este tema tiene un eje melancólico, su letra parte de conceptos muy introspectivos sobre el alma. Como especie, somos capaces de comprender que el alma que habita en nosotros exige dolor para sentirnos vivos. Y es el inevitable dolor de vivir y contemplar lo que realmente somos lo que alimenta la maldad intrínseca a la propia naturaleza humana. El dolor es lo que mueve el alma, tanto para crear lo mejor como para causar agonía.

Es el cierre del álbum, y sin duda, el tema más novedoso del álbum para los que nos siguen desde los inicios, y probablemente el tema que más dudas hubo a la hora de incluir en el álbum. Sufrió varios cambios a nivel estructural, rítmico y melódico, pero por algún motivo se mantuvo muy estable a su versión más inicial. Durante las sesiones de grabación se añadieron algunos pasajes atmosféricos para complementar las partes más “balada oscura” y darle la entidad que se merecía este tema.

Es un trabajo de exploración y salir de la zona de confort de la banda a nivel compositivo y vocal, pero, sin embargo, un recordatorio de que no somos una banda que vaya a entregar siempre el mismo producto.

El tema pasa por varios pasajes de distintas intensidades donde la voz aporta el dinamismo que pide un tema con tantas subidas y bajadas y, sobre todo, una entrega en la expresividad durante las melodías. La batería no deja de construir solidez en cada pasaje junto al bajo, y proporciona libertad a la guitarra para dibujar melodías grises que acompañan al tema a los puntos de ruptura. El solo de guitarra arranca la parte final del tema donde ya la velocidad aparece y el tema colapsa en sus últimos compases. Finalmente, la calma, la ausencia, espacio y la eternidad.

The Fading Light es un recordatorio de que pese a ser parte de un todo a nivel cósmico y ser algo ínfimo y simple, somos capaces de percibir sensaciones de vacío y martirio, de que destino, psique y alma combinados nos generan momentos de dolor y pérdida y estos son lo que nos hacen caminar por lugares que pese a ser dentro de nosotros mismos, son desconocidos y nada ni nadie puede comprender, que el dolor es universal pero subjetivo.