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Crónica STEVEN WILSON Hotel Auditorium Madrid 08/11/2013.
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Única fecha en nuestro país del prolífico compositor, guitarrista y vocalista inglés Steven Wilson. En esta ocasión se debía a la gira que acompaña la salida de su último trabajo “The Raven That Refused to Sing (And Other Stories)” y la cita era en el Hotel Auditorium de Madrid, un lugar idóneo para vivir los conciertos de una forma diferente a la manera de las salas habituales.
La tarde noche prometía según la expectación que se había creado desde las redes muchas veces propaganda a cargo de las promotoras que luego no se corresponde con la realidad. En esta ocasión pensaba que iba a ser igual ya que cuando se abrieron las puertas del auditorio “Príncipe Felipe” había gente pero no lo suficiente como para esperar una gran entrada. Afortunadamente el hecho de entrar de los primeros te da la oportunidad de ir viendo como se giran las tornas. A la hora prevista de comenzar la intro, poco más de las 20 horas, las butacas del auditorio presentaban un aspecto bastante bueno, sin datos oficiales calculo la entrada en 3/4 de la capacidad sino un poco más, así que ahora sí se podía decir que la gente respondía a las expectativas creadas, ahora era el turno de Steven Wilson y su banda.
La intro que nos traen es una película de unos 30 minutos de duración, realmente un poco desquiciante a mi modesto entender. La primera parte del vídeo es una cámara fija apuntado a un muro en la calle en donde pasa gente, nada más. Después aparece un hombre con una guitarra, la deja en el suelo, se prepara una bebida (parece un café o té), luego se hace un cigarro y se lo fuma… todo esto con una parsimonia asombrosa. Entendía que la clave de la peli era el momento en el que el personaje comenzara a tocar la guitarra, que algo sucedería….
Estaba ya deseando que se acabara el cigarro, para ver que pasaba. Pues pasó que cogió la guitarra y con la misma tranquilidad se la colocó, afinó, y tocó notas sueltas… algo estaba cerca de suceder.
Por fin sucedió, el personaje entona los acordes de “Trains” del disco “In Absentia” (2002) de su banda “Porcupine Tree” que continúa con Wilson y su banda accediendo al escenario continuando el tema de la peli.
Steven Wilson comienza con guitarra acústica en mano y la alterna con la eléctrica en medio de el tema. La gente desde la primera canción está entregada, sabedores de la genialidad del inglés. Prosigue con “Luminol” tema que abre su último trabajo, con una base de bajo absolutamente brutal a cargo de Nick Beggs y “Postcard” de “Grace For Drowning” (2011).
Si el propio Wilson en si es ya una estrella, la banda que le acompaña no desmerece en nada. El ya citado Nick Beggs al bajo, Chad Wackerman a la batería, en la que hace poco estaba un tal Marco Ninnemann, Alex Holzman al teclado, Theo Travis de las partes de viento y otro virtuoso como Guthrie Govan a la guitarra. Con estos ingredientes difícilmente podría salir la cosa mal. Y así fue era todo un auténtico reloj, una sincronía perfecta de armonía y partes más sinfónicas.
Continuaron con “The Holy Drinker” y “Drive Home” también de su último disco. El escenario en si es normal, nada raro salvo por las luces y focos que acompañan a la música y los movimientos de Wilson que a decir verdad es el único que se movió un centímetro de su sitio. En el fondo del escenario, donde se proyectó la intro continúa con imágenes o vídeos dependiendo del tema que sea, aderezando no solo los oídos sino también la vista, haciendo un espectáculo redondo.
Aquí lleva el primer parón un poco más largo, Wilson toma el micro para dirigirse a la gente, gastando alguna broma y pasan a hacer unos ejemplos de improvisación a cargo de Govan entre la risa y el virtuosismo. Presenta a continuación lo que el mismo califica como “Untitled New Song” en cada show le ponen un nombre distinto.
Baja una tela delantera a modo de telón pero casi transparente, en donde se proyectan imágenes de un reloj y primeros planos de un hombre, la banda abandona el escenario. Hasta los pequeños descansos los hacen con intriga. Sigue la proyección con una pequeña intro de “The Watchmaker” (tRtRtS) con toda la banda ya arriba a excepción de Wackerman que sube a mitad del tema. La fina cortina sigue abajo, proyectando imágenes dando un efecto genial a la actuación. Al final de “The Watchtmaker” Wilson toma un bajo con el que dobla una parte junto a Briggs.
Una voz por ordenador cuenta la breve historia del tema anterior y anuncia el siguiente “Index” también de su último trabajo, un temazo en todos los sentidos, como dije antes las proyecciones le dan un empaque especial a la música, en donde Wilson no para de moverse.
Uno de los aspectos más atractivos de la música de Wilson es sin duda la sinfonía de las partes de viento, como la flauta muy presente en los temas a cargo de Travis y el teclado mágico de Holzman que te transportan a mundos fuera del auditorio.
Tiempo ahora para “Sectarian” un tema instrumental perteneciente a “Grace For Drowning”. Al final del tema cae la tela que hacía de proyector delantero y esto, unido al final del tema provocan una ovación atronadora, fantástica.
Wilson se dirige de nuevo al respetable, indicando que quien quiera puede abandonar los asientos y permanecer al pié del escenario, obviamente la propuesta es bien recibida por la gente que en pocos segundos pobla el pasillo entre el escenario y la primera fila. Wilson nos habla de que se cumple el 50 aniversario del mellotron, “El mellotron permite reproducir muestras (samples) de sonido pre-grabado en una cinta. Cada tecla está asociada a una cinta magnética de casi 1 cm de ancho que tiene una duración aproximada de 8 segundos. El músico, al presionar una tecla, hace circular su cinta correspondiente, que recorre un ingenioso sistema en forma de W, y reproduce el sonido pregrabado que contiene diversos instrumentos (de cuerda, orquestales, coro polifónico, flautas, etc). Podían agregarse nuevos sonidos.” (gracias a Wikipedia).
Esto sirvió para presentar el siguiente tema “Harmonie Korine”, tema que abre su trabajo “Insurgentes” (2009). Con un comienzo oscuro y sonido envolvente empieza “Raider II” de “Grace For Drowning”.
Llega uno de los momentos mas especiales para mi, he de decir que antes del show, era un (casi) completo desconocido de la música de Wilson, pero la interpretación de “The Raven That Refused To Sing” fue simplemente deliciosa, con un vídeo acompañando la canción se me hizo un momento inolvidable, magnífico.
La banda se retira bajo una sonora ovación que no cesa hasta que vuelven al escenario, la gente en pié, las palmas no paran.
El show tocaba a su fin, pero antes nos dejan otro tema nuevo como es “Happy Returns” y para el final “Radioactive Toy” una canción del primer álbum de Porcupine Tree “On The Sunday Of Life” (1991). Otro muy buen tema que continua con el extasis ante un público ya entregado de por sí.
En definitiva, una actuación simplemente redonda, llena rock progresivo, sinfónico, temas oscuros, pero sobre todo mucho mucho sentimiento. La gente sale pletórica, encantada sabiendo que la banda capitaneada por Steven Wilson ha cumplido con creces las expectativas creadas.
Texto y fotos: Nacho Criado.
Publicado el 10 de noviembre, 2013