Crónica Wacken Open Air 2013
WACKEN 2013 - 1, 2 y 3 DE AGOSTO
IMPRESIONES GENERALES
JUEVES 1 DE AGOSTO
Esta vez la jornada inicial que como cada año oficialmente da comienzo Skyline y sus invitados especiales a las cuatro de la tarde no pudimos verla dado el retraso que traía mi vuelo hasta el aeropuerto de Hamburgo y por desgracia teniendo en cuenta las distancias entre la caseta de acreditaciones y el posterior acomodamiento en el lugar, tampoco pude degustar ni a Annhilator ni a Thunder, de quienes me hablaron maravillas distintos seguidores de sendas bandas. Siempre quedaba el consuelo de saber que el festival era largo y que aún quedaban grandes shows que degustar, Deep Purple y Rammstein sin irnos más lejos ese día, al menos ese era mi pensamiento, pero visto lo transcurrido con el paso de las horas y posteriormente de los días, no fue un acertado consuelo. Los que nos dedicamos parcialmente en nuestra vida, con cierto hábito, a ver y posteriormente narrar este tipo de acontecimientos, a veces parecemos muy exigentes con los artistas, pero no creo que mucho más que quienes pagan por ver a sus bandas. Lo que ocurre que cuanto más tiendes a comparar con las propias actuaciones de los artistas a veces lo de ser objetivo no es tan sencillo.
Deep Purple actuaron aún de día y aunque todo parecía comenzar sobre ruedas por parte de quienes la integran desde hace tanto tiempo, ese impulso se tornó algo anodino gracias a la pasividad de Ian Gillan. No vale escudarse en sí tienen cierta edad o historias similares aunque hay que considerarlo todo, ya os digo yo que tan sólo cinco días antes tuve ocasión de verles haciendo una actuación soberbia en Hoyos Del Espino, en el marco del Festival Músicos En La Naturaleza. Puede ser que en plena Sierra de Gredos el veterano cantante agarrara algo de frío y eso le tuviera un poco renqueante desde entonces, pero lo cierto es que la voz no sonó como esperaba, incluso me dio la sensación que tampoco sonó muy alto en sí el concierto teniendo en cuenta la cantidad de gente que había en el recinto. Contando con una referencia tan cercana es difícil no echar mano de ella, por lo demás fue un concierto similar a la crónica que os adjuntamos en donde en esta ocasión abrieron con “Highway Star” como baza importante para luego ir tomando el relevo otros clásicos como “Perfect Strangers”, “Hush” o “Black Night”, incluyendo temas actuales como “Vicent Price” y “Hell To Pay” y algunos solos intermedios de Don Airey y Steve Morse, éste sin duda de los más activos en directo. Recordaron a Jonh Lord en forma de una breve imagen a través de las pantallas y contaron con la presencia de Uli John Roth cuando interpretaron “Smoke On The Water” marcándose junto a Steve Morse un previo de guitarras fantástico que encendió algo más la chispa hacia el término del show.
Dejando “las chispas” de lado a la hora de la actuación de Rammstein más bien se dieron “los fogonazos”. Era casi imposible poder visionarlos en condiciones por lo saturado del lugar y si lo conseguías es posible que cómodo no estuvieras porque allí no cabía ni un alfiler cuando aquello tuvo lugar. El espectáculo era muy previsible para quien ya los hemos visto unas pocas de veces pero no le vamos a quitar la notoriedad al encuentro, en comunión con sus compatriotas, además es posible que hubiera mucha gente que los viera por primera vez. Fueron desgranando un set list perfectamente encajado por múltiples temas conocidos al tiempo que nos hipnotizaban con sus fases pirotécnicas. Las atmósferas cubrían silencios de los que cabía esperar sorpresas, bien luminosas o bien musicadas con toques metálicos tintados de sonidos electrónicos. Asistimos una vez más a la ceremonia de la grandilocuencia, donde parecía sucederse pasajes del “Infierno de Dante” gracias a los performance de sadomasoquismo y otras prácticas en las que el principal protagonista era Flake Lorenz en un ir y venir fuera de su teclado o propiamente dicho, en su propio teclado, gracias a la cinta transportadora que le permite hacer deporte mientras toca. Describir un concierto de Rammstein en parte es como intentar hacerlo de los propios Kiss. Sus espectáculos se sienten de una manera especial por el poder de aducción que provocan en tu cuerpo relajado gracias a la incandescente luminosidad y a esos maquillajes que te hacen comulgar con la irrealidad de algo que está pasando realmente. Los sonidos iniciales de “Ich Tu Dir Weh” azuzaron todo lo que vino después, así como los bellos compases del piano en “Mein Herz Brennt” encararon el final haciendo a continuación que se diera el contraste de tanta oscuridad con la presencia sobre el escenario de un veterano cantante de 75 años llamado Heino (con aspecto rubio platino y chaqueta roja), y que se hizo a dueto con Till Lindemann el tema “Sonne”, una versión que sembró la confusión meses antes entre la comunidad metálica cuando este intérprete la incluyo en un disco de versiones. Una pena que en esos momentos no apareciera también Ian Gillan sobre el escenario para montar conjuntamente una pasarela de moda. Cerraron con “Pussy” causando la locura, y tras los chupinazos finales con un chasquido te despertabas y te dabas cuenta de que no había de que asustarse pues todo es posible en Wacken.
VIERNES 2 DE AGOSTO
Un buen madrugón nos ponía en las puertas del recinto al día siguiente con la intención de ver a Neaera en el black stage, metalcore bien facturado creado no muy lejos de allí, pues los chicos son de Münster, y seguro que tocar en casa a esas horas ayuda mucho. La iniciativa que llevaba su cantante con ese toque agresivo, especialmente en la forma de alentar al público me dejaron muy buen sabor de boca. Hasta los focos verdes que apenas se dejaban distinguir a esa horas de la mañana parecían querer conjurar a una banda que tiene mucho temple a pesar de contar con reiterados problemas de sonido.
Mientras, Russkaya competía en horario de forma paralela en el party stage, con un sector de público más bien orientado hacia el ska. Siete músicos perfectamente uniformados por igual donde el color rojo delataba sus intenciones. Violín, vientos… adaptando temas de corte clásico que te incitaban a tararear el “bésame mucho” o el “chinito tú, chinito yo”. Baile de polkas bajo un sol mañanero que te animaba a sudar. Son una versión postmoderna del folclore ruso cuyos músicos proceden de Rusia, Ucrania, Hungría y Bulgaria. A sus bailes en círculo le faltaba una silla para que pareciera aquello el famoso concurso o si me apuras el corro de la patata. Muy entretenidos aunque algo cansinos hacia el final.
Tristania una vez más supuso un choque de voces gracias a las cuerdas vocales del noruego Kjetil Nordhus y de la joven cantante italiana Mariangela Demurtas y un contraste entre sonidos tintados por lo gótico, donde el apoyo vocal de su guitarrista y fundador Anders Høvyvik Hidle apuntala su sonido a tres voces que oscilan entro lo angelical, lo operístico y lo gutural. Saben cederse los espacios respetándose el terreno de cada uno, bueno, aunque Anders iba rotando por el micrófono que le parecía, que para eso era el jefe. Sonaron muy contundentes, y aunque la bajista también es una chica, sin duda Mariangela era la que ponía un toque sensual con sus bailes.
Ya estamos acostumbrados a imaginar lo que va a venir después de cada nota inicial que Gojira dejar sonar cuando se suben a un escenario. Los franceses cada vez son más grandes y aumentan su repercusión. La contundencia de su sonido una vez más fue incuestionable. Mientras reinaba la concentración frente al micrófono de su guitarrista y cantante Joe Duplantier, el bajista Jean-Michel Labadie se desvivía correteando el escenario de punta a punta. Ni para cambiarse los instrumentos entre ellos bajan el pistón y cuando lo hacen es para generar esa ola de intensidad de golpeteo retardado como si fuera la resaca del mar volviendo sobre sus pasos, que es lo que ocurrió cuando pararon brevemente para hablar y presentar "L'Enfant Sauvage". Se marcharon minutos antes de la hora estipula no sin antes hacer un breve amago de retirada a modo de bis con un último corte. Demoledores.
Powerwolf a las 15 h. y con un sol de justicia conseguía tener la explanada tan llena que costaba creer que tanta gente estuviera dispuesta a sacrificarse por la causa. El concierto merecía la pena pues para mí se salieron con su power metal lleno de rasgos melódicos perfectos para corear. Su sacrificio con las caras maquilladas derritiéndose por el calor también era para evaluar, pues parecían muñecos de cera. El atrezzo del escenario les hacía ser protagonistas de una especie de catedral gótica. Attila Dorn demostró sobre el escenario sus dotes de líder frente al micrófono. El concierto fue cogiendo fuerza desde el comienzo con” Sanctified With Dynamite”, dando protagonismo al público en temas como “Resurrection By Erection” y deseando que siguieran un rato más tras terminar con “Lupus Dei”.
Quise encontrar en esta reunión de Ugly Kid Joe iniciada hace algo más de dos años lo que generacionalmente me correspondía y no llegue a lograr en su momento, y bueno, la verdad que me decepcioné, porque fue un concierto para verlo en otra franja del tiempo, pero no por la hora a la que estaba programado, sino porque me pareció que era un concierto de una época pasada. Whitfield Crane se situó incluso en el centro del doble foso para buscar cercanía con el público pero por la reacción de la gente dudo que llegara a conseguirlo, ni tan siquiera cuando buscó su calor a la hora de entonar un pausado “Cat´s In The Cradle”. Los mejores momentos fueron una temprana "Neighbor" y hacia el final del show con la versión del ”Aces Of Spades” en compañía de Phil Campbell, dejando para el cierre “Everything About You”. Claro, eran tres momentos infalibles.
El concierto de Pretty Maids fue para enmarcar, aunque el solazo era asfixiante, pero en este tipo de situaciones extremas a la que grandes bandas internacionales parecen estar acostumbrados en festivales como éste es donde se ve quien da la talla. Ronnie Atkins se salió por los cuatro costados haciendo que su show pareciera corto no, cortísimo. Abrieron con “Mother Of All Lies” y “I See Ghosts” de su último disco “Motherland”, es decir dos temazos que enlazaron con otras joyas como “Back To Back”, “Rodeo”, “Future World” o “Red, Hot And Heavy”.
No veo del todo necesario ir narrando si unos van tocando en unos u otros escenarios porque hay que valorar a todas las bandas por igual si el sonido que tienen es optimo, pero bajar al headbangers stage siempre supone un sacrificio desde que se lo llevaron tan lejos sabiendo que a la vuelta uno tiene que afrontar un nuevo control de acceso y sus correspondientes tapones de gente, pero una de las bandas que merecían tal excursión eran Mustasch, quienes para el poco tiempo del que disponían se permitieron alargar los temas con sus piradas de pelota como algo siempre a tener en cuenta dentro de su espectáculo. El grupo sueco tuvo una vez más ese poder de abducción que encanta a propios y sorprende a extraños. Nada mejor que este tipo de festivales para seguir agrandando su leyenda, en donde capturan a gente que ni tan siquiera saben quiénes son y que una vez que les conocen quieren seguir sabiendo más de ellos.
Legion Of The Damned estuvieron a la altura de lo que yo esperaba ver, así que una vez más retirarme del lugar estaba justificado, porque estos holandeses con la cera que pegan y sus brotes de oscuridad que les avala cada show, o suenan en condiciones o te pueden dejar jodido. Impactaron con su contundente deathmetal consiguiendo por momentos enloquecer a la gente entre su oscuridad y el calor insoportable que hacía en la carpa, sobre todo si te adentrabas hasta la cocina.
Sabaton posee ese toque clásico que expresado de forma moderna tan bien saben exponer con su cantante Joakim Brodén como principal protagonista gracias a coreografías, pataditas al aire, vestimenta militar y en definitiva el talento de saber ganarse un público por lejano que esté el país donde actúan. Es una banda con un gran carisma que su cantante sabe manejar bien al subirse al escenario de otros artistas, como fue el caso en los sucesivos conciertos programados en este escenario, el true metal stage, colaborando primero con Doro y después con Grave Digger. Desde la primera vez que pisaron Wacken ganaron un sitio para venir y repetir. Son parte de esa comunidad de bandas amigas que no faltarán con asiduidad en sucesivas ediciones. Demostraron por qué la organización confía en su espectáculo.
La escasa media hora que tuvo Motörhead se la debería de haber evitado la organización y así Lemmy y allegados ahorrarse sustos. Sabiendo como pintaba la cosa con tiempo si se hubiera buscado un sustituto que diera la talla a esas horas no nos tendríamos que lamentar de habernos quedado sin concierto en esa franja horaria. Todos deseábamos ver a estas celebridades pero si la cosa no pintaba bien mejor ahorrarse este trago. Reconocido queda el esfuerzo del grupo por estar ahí después de haber dicho que no a otras fechas cercanas y sí elegir ésta desoyendo los consejos de facultativos de la salud. Lo importante es que en la actualidad Lemmy está trabajando en su nuevo disco. Esperemos que podamos verlo en un futuro terminar este concierto, aunque sobre eso hay muchas dudas abiertas.
Doro en un estado de forma excelente parece seguir teniendo ese pacto con el diablo. Estar rodeada de una joven y buena formación seguro que es parte de su secreto. A Doro Pesch le da igual ocho que ochenta, es decir, pase lo que pase su semblante seguirá teniendo la misma energía y devoción por un público que la quiere, la mima y le canta. Ella no dejó en ningún momento de lado su marcada actitud metalera, nos regaló sus himnos en solitario y algunos de su pasado en Warlock y propiamente dicho el que correspondía al festival Wacken “We Are The Metalheads”. Supo organizar su concierto como si fuera la verdadera anfitriona de esta edición dejando que en ocasiones subieran al escenario otros músicos para interpretar o tocar junto a ella, entre los que estuvieron Biff Byford para hacer “Denim And Leather” de Saxon, Phil Campbell para el “Breaking The Law” de Judas Priest, además de Chris Boltendahl de Grave Digger o Joakim Brodén de Sabaton cuando correspondía. Sin duda “All We Are” fue el principal emblema que nadie se quiso perder ni dejar de corear sobre y bajo el escenario.
Amorphis optó por mecer a los seguidores del party stage con un show inicialmente acústico de cinco temas que yo creo no interesaba a la mayoría de la gente, pero que sin embargo la gente apreciaba en calma esperando el momento para el cambio de tónica, pues pienso que dado las horas no era lo más acertado. Huir durante esos instante para ver el concierto de ASP en el black stage más bien era una encerrona que de inmediato te hacía regresar, así que cuando los fineses se plantearon la continuidad en eléctrico haciendo sonar el tema “Shades Of Gray” también nos enchufaron al resto y entonces disfrutamos de una realidad que revalorizó aún más un concierto que fue como que muy corto si le quitamos la paja inicial.
Para terminar la velada del viernes como era lógico Grave Digger también tenía preparado un espectáculo con la colaboración de amigos. Sus momentos iniciales con “Clash Of The Gods” te acercaban el toque de hipnosis en disposición para los fuegos de artificio varios y los pases de tamborileros y gaiteros, todo tintado con su metal clásico bien dotado de armas más allá de la “Excalibur”, dígase “Ballad Of A Hangman”, “Rebellion (The Clans And Marching)” o “Heavy Metal Breakdown” para cerrar.
SÁBADO 3 DE AGOSTO
Nos despertamos aventureros y con la decisión de frecuentar a primera hora de la mañana los escenarios más alejados para degustar otras sonoridades, así que a las 11 de la mañana estábamos plantados frente al pequeño beer garden stage para ver a Mandowar hacer versiones country en formato de trío y ataviados con banjo y mandolina. Sin duda fue un buen desayuno visionar como “Fear Of The Dark” de Iron Maiden o “Highway Star” de Deep Purple eran adaptadas a su manera. Sus integrantes admitían peticiones mientras bromeaban de forma cercana con el público como si fueran unos charlatanes.
Mientras, en el wackinger stage se cocía el folclore de Harpyie, folk metal de corte medieval, con violinista y gaitero, todos ataviados con prendas de la época, de hecho estábamos en zona medieval, así que el ambiente era perfecto. El tío que cantaba en este grupo con nombre mitológico era como ver un calco de Oscar de Lujuria, la verdad que no estuvo nada mal. El día anterior, habían estado tocando allí mismo y a la misma hora, así que eran como los amenizadores del lugar.
Decidí alejarme un poco más para ver en el headbangers stage a los veteranos thrasers Hate Squad, todo un contraste teniendo en cuenta que estos alemanes imponen respeto no sólo por sus dotes agresivas en lo musical, sino por la corpulencia de su cantante, quien constantemente andaba saltando fuera del escenario para controlar todo lo que pasaba en cada momento. Al término de cada corte se mostraba muy agradecido con el público mientras recordaba algunos temas de sus primeros trabajos de principios de los noventa. Me quedé con la sensación de haber optado por la mejor elección teniendo en cuenta que sus compatriotas Callejon tocaban en la otra punta y que en los dos extremos al mismo tiempo era difícil de estar.
Por ende ahora tocaba ver a Chrome Molly en el W.E.T. stage. Hasta llevaron un presentador particular (que debía ser de la familia) estos míticos ingleses que se quedaron en banda de culto tras un comienzo fulgurante que fue casi fugaz a principios de los ochenta. En ese aspecto casi casi que han seguido la estela de grupos como Raven o Anvil pasando en demasiadas ocasiones sin pena ni gloria pero estos dos con una carrera mucho más activa, ya que la vida activa de Chrome Molly ha estado más devaluada dado el tiempo que estuvieron inactivos. Su último trabajo “Gunpowder Diplomacy” aún siendo muy interesante parece no tener demasiado enganche puesto que casi no había público en el lugar, y sin embargo hicieron una gran actuación estando su cantante involucrado continuamente en su papel como si estuviera frente a una gran multitud.
Todo el público debía estar en ese momento viendo a Fear Factory. Menudo contraste tras salir de la carpa, de la sombra y la soledad hacia el sol y la multitud, del hard rock clásico ochentero hacia el metal industrial aniquilador de un grupo que no ha dejado de estar en la continua espiral de la evolución. Su actividad en verano por los escenarios europeos es tan frenética como intenso lo fue el set list planificado para romperte el cuello. “Demanufacture”, “Shock”, “Replica”… con el binomio Burton C. Bell en la voz y Dino Cazares en la guitarra funcionando a tope y sin tregua.
Die Apokalyptischen Reiter y su metal folclórico no terminó de hacerme tilín. Me pareció una actuación demasiada sosa sin un trasfondo sonoro que conmoviera lo que en ese momento pedía mi cuerpo. No quiero decir que fuera mala su actuación, pero es posible que el estar programados entre Fear Factory y Lamb Of God no era el mejor caldito para el cuerpo en ese momento.
Y llegó la lluvia al recinto de una forma muy acentuada con Lamb Of God en escena y una efeméride cercana vivida en el propio festival hacía exactamente un año, ya que el 2 de agosto de 2012 su cantante Randy Blythe era puesto en libertad tras haber estado encarcelado durante 37 días de forma preventiva en una cárcel de Praga. Entonces, al día siguiente algunas bandas en la pasada edición de Wacken hacían público su ánimo hacia el artista durante sus actuaciones. En esta ocasión era el propio cantante quien pisaba ese lugar liderando un soberbio y agresivo concierto cuya tormenta parecía darle aún más intensidad a medida que la nube empapaba a las multitudes más desprotegidas y dispuestas a surcar el suelo haciendo un continuos circle pits.
Mientras, de forma paralela, Sonata Arctica reunía a un público más convencional para repartir heavy metal y melodías también bajo las danzas de la lluvia. Nosotros desde la garita del Capitán Morgan situada en las alturas, controlábamos ambos escenarios aunque sin tener claro del todo la definición del sonido porque era como “un estéreo enrarecido”. Durante un tiempo limitado tuvimos que sacrificar el sonido por intentar divisar y captar imágenes “de altura”. La lluvia consiguió encharcar algunas zonas del recinto que la organización se apresuró a achicar con equipos especializados.
El concierto de Anthrax era uno de los momentos más esperados por un servidor, y sin quitarle el meritorio ejercicio de entrega que tuvieron, no lo puedo destacar como absoluto tras aún tener en la retina el show ofrecido el pasado mes de mayo en Sonisphere Madrid en donde se devoraron a todos los artistas programados en Rivas. Había ciertas similitudes en los temas seleccionados pero no fue la misma actitud. No obstante “Among The Living, “Caught In A Mosh” con las más recientes “In The End” dedicada a Ronnie James Dio y Dimebag Darrell y “Fight ‘Em ‘Till You Can’t” convirtiéndose en un nuevo clásico, así como la versión de “TNT” de ACDC a nadie le iba a amargar aunque las tocaran con otro espíritu. Joey Belladonna buscaba el impulso paseando entre los raíles de la unidad móvil que filmaba el concierto al ritmo que le bailaba al cámara jugándose un resbalón, mientras que el resto correteaban por el escenario moderadamente. Tras “Indians” el desfile de clásicos prosiguió con otra versión, esta vez el “Got The Time” con apoyo vocal de Scott Ian y la traca final con “I Am The Law”, “Madhouse” y “Antisocial” antes de escuchar las notas de cierre con “Long Live Rock ‘N’ Roll”.
Pensaba que Devildriver con Dez Fafara al frente del micrófono me iba a provocar una clara gratificación, pero todo lo contrario, el mal sonido del party stage a esas horas hizo que fuera un concierto desaborío donde aunque se vieran iniciativas y cierta actitud sobre el escenario por parte del grupo, nada de eso iba a quedar reflejado en el sonido, que incluso a veces hasta costaba reconocer de que tema se trataba.
Trivium salieron a por todas con la formula inversa que utilizaron hace dos años, pues entonces fue el tema “Throes Of Perdition” con el que empezaron a tocar y en cambio este año lo utilizaron para poner punto y final, así como en 2011 “In Waves” abría su concierto, siendo este año el tema utilizado para rozar su despedida. Nos adelantaron parte de lo que supondrá su próximo trabajo "Vengeance Falls" haciendo sonar "Brave This Storm", un tema que encaja con su línea sonora más actual, que ya sabemos son capaces de cambiar si se lo proponen. Habrá que esperar para escuchar este nuevo disco producido por David Draiman.
Cuando llegó el momento de Alice Cooper nos dimos cuenta de lo importante que iba a ser su espectáculo. Hasta entonces, en todo lo que llevábamos de festival, y ya quedaba más bien poco para que terminara, no habíamos presenciado aún un show tan completo que realmente nos llevara a pensar que estábamos delante del concierto destacado que todos esperábamos (dejando de lado el de Rammstein en la jornada inaugural). Es para hacérselo pensar ¿verdad?. Acompañado de jóvenes músicos de reputada carrera e intachable curriculum, quiso quedarse en un segundo plano en muchas de las ocasiones para que fueran ellos quien deslumbraran con sus quehaceres instrumentales, sobre todo teniendo tres guitarristas, especialmente a la morbosa Orianthi Panagaris con ese toque ensangrentado en sus labios. “House Of Fire”, “No More Mr. Nice Guy”, “Billion Dollar Baby” o “Hey Stoopid” fueron algunas de las perlas en las que se fue apoyando dejando de lado su lado más teatral, aunque espectáculo tuvimos y de lo lindo en cortes como “Feed My Frankenstein”. Prefirió darle otro rumbo distinto a lo habitual que venía haciendo en su pasada gira y creo que ganó mucho con esa actitud tan abierta y directa, sobre todo cuando se clavó en su lado más setentero con la parte interactiva donde se lía a coquetear con las tumbas de Jim Morrison, John Lennon, Jimi Hendrix y Keith Moon para hacer las respectivas versiones de “Break On Through (To The Other Side)”, “Revolution”, “Foxy Lady” y “My Generation”. Una baza muy inteligente y bien jugada que era imposible le desdijera nadie. El cierre con “Poison” y “School’s Out” fue la guinda esperada.
Nighwish no podía estar por debajo de la entrega que acabábamos de presenciar, cada cual en sus términos sonoros. Fue espectacular en lo visual, en el sonido y en las luces mezcladas con la pirotecnia. Tal cuál en discos anteriores trabajaran con el artista celta Troy Donockley, allí lo tuvieron de nuevo sobre el escenario para conjugar conjuntamente los temas “I Want My Tears”, “Nemo” y “Last Of The Wilds”. Su sentido más sinfónico retumbaba por todo el recinto demostrando que Floor Jansen, cantante de ReVamp, antes en After Forever, es un partidazo no sólo por la voz que preside sino por esa aureola que le hace destacar de forma auténtica en cada momento. Su despedida del escenario fue triunfal bajo ese luminoso gigante “Imaginaerum” tras previamente hacer los temas “Song Of Myself” y “Last Ride Of The Day” con traca final.
Me dio la sensación que todo lo espectacular del día quedaba expuesto hacia el final cuando Lingua Mortis Orchestra junto a Rage eran capaces de sonar de esa manera con un empaste siempre difícil de sonorizar por la cantidad de músicos e instrumentos que allí se mezclaban. El protagonismo del cantante y bajista Peavy Wagner, el batería André Hilgers y el guitarrista Victor Smolski, que tuvo su momento de cello, en esta ocasión estaba compartido con esta orquesta que en parte protagonizan desde Barcelona. Todo lo sucedido es lo suficiente complejo y al tiempo pasional como para narrarlo en unas líneas… claro… sino no tendría ese toque tan especial haberlos programado al tiempo que editaban su disco “LMO” que allí constataron plácidamente en temas como “Cleansed By Fire“, “Scapegoat“, “Lament“ y “Witches Judge“ con tres cantantes y un director de orquesta que no dejaba de parecer un creativo de air guitar, a veces dándonos a entender que podía salir disparado hacia el techo en sus dotes como piloto al tiempo que director de orquesta.
La cancelación previa de Crematory, programados para cerrar el escenario W.E.T. stage al tiempo que la vigesimocuarta edición de Wacken, puso a el grupo Suidakra en su lugar y el difícil papel de salir a escena justificando su presencia como sustitutos de última hora. Los germanos hicieron muy bien su papel con un contagioso death metal que justificaba su veteranía así como su presencia allí. Fueron los instantes finales antes de recuperar el trecho hasta la zona de prensa tomar el último trago pensando en una fecha tan importante y redonda como lo será el 25 aniversario el próximo año, un cuarto de siglo que esperemos nos sorprenda para bien y nos pueda tener de nuevo allí presentes.
Texto: Raúl “Mr.Virus” García
Fotos: Maria del Puerto Gil