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HELLFEST 2013 por Raúl García(Mr Virus) tercera jornada .
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HELLFEST
21, 22 y 23 de junio 2013
Clisson, Francia
Domingo 23 de junio
Y tras pasar una jornada nocturna de descanso casi ausente de sueño en la zona de acampada gracias a la animación de las masas que por allí pernoctaban improvisando percusiones con cualquier elemento golpeable amanecíamos destaponando nuestros oídos y poniéndonos en marcha con la clásica bollería y café que teníamos a tiro de piedra en la zona para salir pitando y estar en el recinto para las primeras notas de los chicos de Touluse ERYN NON DAE, una formación que amparados en el metal técnico progresivo son capaces de llevarte en las primeras horas del día entre luces y estética oscura por un recorrido a veces extremo y en otras ocasiones en proceso de flotamiento gracias a los tempos que manejan en sus temas, nutridos de esa densidad necesaria cuando no es necesario acortar una composición.
Aunque al mismo tiempo actuaba en uno de los escenarios principales otra banda nacional THE ARRS que no quería perderme, la lluvia que hacía su recorrido en ese momento por el lugar nos hace usar nuestro derecho a decidir y optamos por ver el final de la actuación de LEPROUS haciéndome exclamar de nuevo un “joder, da igual en que escenario te quedes porque la calidad de las bandas programadas desde primera hora es sublime”, y es que el show de estos noruegos tampoco entendía de lo racional e imprescindible que es para muchas bandas sólo tocar de noche. Ellos eran la oscuridad y la música su luz más intensa a las 11 de la mañana, algo que les está haciendo ganarse el terreno en algunos de los principales festivales progresivos con su particularidad visión entre destellos extremos que los hacen moverse como convulsionados al unísono mientras te atrapa su sonido dirigido por su cantante, quien tutela al mismo tiempo el teclado con rasgos de sinfonismo. Verle saltar al término de la actuación desde la tarima del escenario como si fuera Spiderman para al caer dar la nota final con la mano en su teclado, posiblemente sea un movimiento estudiado pero sin duda chocante.
Nuestros patrios HAEMORRHAGE con su grindcore ensangrentado tenían su turno para además de actuar ante un nutrido grupo de seguidores españoles deslumbrar con su carnicería a los más avezados madrugadores. La escenificación de su imagen y el don de lenguas de su cantante llegó a todo el que se dejó amputar por momentos, haciendo un recorrido por un set limitado que tuvo coreografías a lo gore donde no faltaron la escenificación con amputaciones y muestra de cerebros.
Auténtica conexión internacional con una buena capa de morfina. Y desde tocaba desplazarse para encontrarnos con los últimos compases que ofrecían los finlandeses WALTARI, quienes tal vez gracias a su escenificación, consigan hacer entender su show como algo más llevadero, pero no me dijeron demasiado. Su mezcla de distintos géneros auspiciados por un hard rock básico en ocasiones apoyado por samplers no me hizo ni tilín. La ambigua imagen de su cantante en plan pelo paja con los ojos pintados de lila y cierto amaneramiento al dirigirse al público fue el principal atractivo que les saqué (atractivo no físico sino de llamar la atención).
Los californianos THE GHOST INSIDE irrumpían con una sólida energía basada en un hardcore con tintes melódicos muy propios de la escuela más actual de gente como Sick Of If All. Continuos botes sobre las tablas con ademanes claros de intentar fraternizar con el público rogándoles más apoyo. Era el tercer día y aún muy temprano, pero la gente supo reaccionar para que se fueran satisfechos.
A los TRUCKFIGHTERS no les haría falta rogar animación a un público totalmente expectante y dispuesto a fijar la mirada en unos buenos conocedores de la formula iniciática del sonido desértico. La principal clave de su música es tener ese punto Kyuss, pero no vale simplemente con sonar en ocasiones como ellos, sino en ser capaces de convertirse en un referente evolucionado, y como pólvora estallando se mostraron en escena, eléctricos, stoner, rockeros, cuidadosos con la entrega de su energía que siempre está mejor distribuida en mayores dosis cuando se transmite en formato de trío. Ya sabíamos muy bien que nos encontraríamos y al parecer no éramos los únicos.
También en formato de trío a continuación tenían su turno los brasileños KRISIUN, una institución con solera habituales en girar por festivales y en otras hazañas bélicas por Europa. Fueron constantes en su thrash brutal y agresivo con ese estancamiento estético que hace que los sigas más como entonan su muro sonoro que como te capturan por aportarte algo nuevo que se salga de un sonido de tacto clásico.
Con HEAVEN´S BASEMENT teníamos un aire de frescura gracias a esta joven banda británica que ha cambiado varias veces su nombre tras inicialmente llamarse Hurrican Party, y es que es el que tenían que haber mantenido porque sin duda de ese apelativo hacen bandera. Fueron un huracán hardrockero inquieto que llevó a su cantante a bajarse para cantar en el holgado espacio que queda entre el escenario y el público y no contento con verse demasiado separado del mismo en ese foso, optó por dejarse engullir por una masa de gente que lo terminó zarandeando y escupiéndolo de cabeza hacia ese lugar del que sería rescatado por la gente de seguridad. Sin duda una banda que se maneja con un ejercicio de riesgo que recomiendo veáis a la mínima oportunidad tengáis.
PRONG lucieron lo suficiente que debe de hacer una banda con la trayectoria que les valida, y con fenómenos como Tommy Victor al frente de las guitarras. Ni fueron tan demoledores ni se salieron de esa línea que te captura hasta el final, así que con ese buen sabor de boca de haber disfrutado de su medio concierto marchamos para ver que se cocía en el Valley donde actuaba MY SLEEPING KARMA, pero apenas llegamos para ver un tema y maldecir que se programen tantos artistas de calidad al mismo tiempo,
porque en el camino hacia ese emplazamiento nos invocó el sonido gutural que salía del Temple en donde inicialmente no teníamos pensado pasar pero nos sentimos como poseídos por INQUISITION, la apuesta blackmetalera de unos colombianos con solera que tan sólo necesitan ser dos personas para abrumarte con una mezcla de black metal de la vieja escuela fundidas con algo de dark y mucho caos en el sonido. Temas largos e interludios de riffs que legitiman sus canciones sin que apenas te enteres que pasa el tiempo mientras la batería aporrea el ritmo de tu riego sanguíneo.
Un poquito más de revoluciones tendrían los norteamericanos PIG DESTROYER, otra banda a tener en cuenta dentro del sonido grindcore con un nutrido público con ganas de pogüear en las primeras filas e incluso disfrazados para la ocasión con cabezas de cerdo de esas de látex.
Pocos minutos bastaron para escuchar numerosos temas y salir pitando hacia los reversibles escenarios Maingstage de nuevo, ya que MUSTASCH era otro de los grupos que no quería dejar de ver y lo cierto es que no me terminaron de llenar al verlos como a medio gas si lo comparamos con su visita española meses atrás. No vi la misma sangre bombeada con el nervio y la neura que esperaba pero eso no significa que hicieran una mala actuación, conste, e incluso su cantante muy brevemente bajó al foso para hacer su performance.
RIVERSIDE pondría un toque progresivo más tranquilo a lo visto hasta la fecha, sin devaneos extremadamente agresivos como sí que veníamos escuchando a lo largo de la jornada en otros escenarios. Música para sentir y dejarse llevar por estos ingenieros de construcción sonora contemporánea cercanos a clásicos como Dream Theater o Anathema.
Después un toque setentero psicodélico a cargo de los fabulosos GRAVEYARD, a quienes tantas bandas programadas en el festival tendentes a recuperar ciertos sonidos de otras épocas bien estructurados quizás les hicieron despuntar menos que si hubieran tocado en otro tipo de festival, pero precisamente por eso allí estaba reunido todo humano que le gusta esta historia musical.
Lo mismo ocurriría a la hora de SPIRITUAL BEGGARS con Michael Amott al frente, consiguiendo tener un sonido más caracterizado por lo analógico, y en parte gracias a ese órgano hammond que les da la habilidad de mostrarse como banda paralela a la realidad tecnológica, llevando la contraria a los tiempos de producciones digitales.
Nos daría tiempo a ver la mitad del show de los veteranos SENSER con ese dueto de cantantes que los mantiene como una de las bandas innovadoras que a finales de los ochenta fueron capaces de fusionar electrónica, samplers, metal, hip hop y otros tipos de elementos musicales. Los británicos nos capturaron en una atmósfera que si hubiera sido de noche aún hubiera tenido mayor repercusión al estar impulsada por lasers y otros decoros que les hacen resaltar una velada nocturna.
NEWSTED se ha conseguido grajear desde que no está en Metallica un suficiente público que le válida como músico capaz de llevar su propio proyecto en marcha aunque muchos de los presentes eran curiosos expectantes por verle brindar un pequeño tributo a quien ha atesorado durante tantos años su popularidad. Un concierto muy respetable, con contundencia y el apoyo final de Phil Anselmo, ya sabéis, testigo de todo lo que ocurría por el festival y que un par de horas después de que la organización anunciara que CLUTCH no tocaban, sería protagonista de nuevo, pero más por su ausencia que por su presencia, ya que el resto de su banda, Down, haría sin él un concierto especial de versiones apoyado por otros músicos, que desde mi punto de vista, si bien valió para cubrir la vacante, no pasó de una mera anécdota. Antes de ese improvisado acontecimiento nos detuvimos unos instantes para ver el interesante enfoque técnico y progresivo de VOIVOD a continuación, pero que por nuestra parte a penas tuvo unas canciones de atención.
No me terminó de sonar lo suficiente bien el sonido en esos instantes, posiblemente mejorara en su consecución, pero es que nos íbamos al escenario donde actuaban los tejanos SWORD, y claro, también nos pareció como algo fugaz, tampoco había tiempo para más, como con muchas bandas. Su sonido capturaba ese regusto setentero con cierto acercamiento a Black Sabbath gracias a la voz de su líder John D. Cronise, quien con su guitarra y ese empaste global de la banda son capaces de hacerte transitar por un exquisito doom que no conoce secuelas en el tiempo.
A continuación veíamos a los franceses GOJIRA, quienes volvían a ser uno de los platos fuertes jugando en casa y demostrando que son profetas en su tierra. Su contundencia tiene una habilidad precisa para zarandearte con su sonido, con astucia para enmarcar los tiempos, con detalles que no cesan a pesar de que su cantante mientras toca su instrumento a penas se despega del lugar. Ya le cubren en ese aspecto sus compañeros. No faltó ese pequeño performance durante el que incluso se llegan a cambiar de instrumentos entre ellos y una vez más, esa sensación que dejaron al público de necesitar más de su tiempo en vivo.
Con STONE SOUR llegaba la otra cara musical del cantante de Slipknot, aunque Corey Taylor aquí también se encuentra flanqueado por su compañero de máscaras James Root. Fue un sentido armonioso de gran calado para un público menos extremo. Me gusta ver esa dicotomía de ciertos músicos para estar en situaciones extremas y ser capaces de llamar la atención de públicos bien distintos. Todo sonó muy elegante aunque creo que con demasiadas pausas, tal vez es posible que no terminara de concebirle sin estar enmascarado montando una revolución más destructiva.
Y hablando de enmascarados o de ponchos, a la hora de los Ghost, nos encontramos con un cambio de planes, ya que DANZIG ha pedido actuar mucho más temprano cediendo su turno y escenario principal a éstos. Yo creo que salimos ganando todos con el cambio, aunque para gustos los colores. Glenn Danzig lleva esa particular cara que toque o no toque Misfits le va a acompañar. Así que su show fue como un concierto para degustar enfados con la particularidad de estar acompañado del guitarrista original de Misfits, Doyle, quienes pusieron un poco más de guindilla, decorada con la pimienta de su escenografía, aunque tampoco fue para enmarcar lo re-vivido.
Para caretas las que venían a continuación, las de LORDI. Como de costumbre, su melodía ensambló de manera muy entretenida con la caracterización de esos monstruos llenos de maquillaje que les tienen que imposibilitar por pelotas para moverse a sus anchas. Fueron minutos para dejarse llevar por ver como ejecutaban su performance mientras armonizaban tu oído. Si te ocurría como a mí, que ya los habías visto varias veces antes, pues igual no te terminaba de flipar tanto volver a ver la película, pero si te quedabas observabas el asombro de otros que sí que lo hacían por ti. La verdad que se lo curraron mucho y es cuestión de tiempo saber si se terminaran cansando pronto o tarde de tener que cargar en el futuro con tantas horas previas de maquillaje y todo ese látex en su cuerpo.
VOLBEAT fue uno de los acontecimientos musicales del día (y de la noche) donde la luz realzaba el espectáculo de hoy por hoy una de las bandas más cotizadas gracias a su capacidad para enfocar su música a estilos tan bien diferenciados como bien conjugados sobre un escenario y a la postre ser capaz de reunir a distintas congregaciones de rockeros en una misma misa. La melodía vocal de distintas tonalidades que alterna su cantante y guitarrista Michael Poulsen va dirigiendo el cotarro cediendo parte de protagonismo al resto de compañeros, aunque cuando se subió Mark “Barney” Greenway una hora antes de empezar con sus Napalm Death, para participar del tema “Evelyn”, allí se catalizaba otro poderío vocal. Lo cierto es que saben repartirse bien las tareas, aunque buena parte del estrellato pareciera tenerlo el guitarrista Rob Caggiano, con demasiadas poses de figurín inimaginables en su anterior banda Anthrax.
La apuesta post punk experimental de los reunificados SWANS fue uno de esos momentos para prestar atención y en el caso, llegar a comprender parte de su intrascendente historia en Europa datada a principios de los ochenta en Nueva York, que hoy en día se torna más comprensible por aquí, camino del Olimpo de las auras de tantas bandas que deciden volver para ver qué pasa. Su líder Michael Gira ha reformado su pasado con unos músicos que te hacen caminar por el post rock de una forma bien catalizada en estos tiempos modernos.
Para broche de noche y de esta edición de Hellfest, los GHOST, demostrando ser un grupo capaz de generar tensiones y emociones con su beatificación del mal gracias a la solida aportación de su indumentaria rescatada del bien avenido Vaticano. Sus gestos, sus pasos, sus contrastados símbolos, más que de vestuario, así como sus notas armónicas fueron la constante del disfrute de la noche del fin… Aunque algún problema con el sonido les hizo salir del escenario hasta que se subsanaran los problemas cuando el feeling estaba en un punto de desborde. En cualquier caso su profesionalidad les hizo cumplir con su procesión y el desfile visual fue tal para cual con el musical, dándonos el gusto de un selecto show encomiable.
Texto: Raúl “Mister Virus” García
Fotos: Oscar Torres
Publicado el 12 de julio, 2013