J.P. (EMPIRIC) nos muestra "Las Siete Leyes Espirituales" (Deepak Chopra) a través de su música

El disco abre con un riff muy hard rockero acompañado de unos golpes de campana a forma de llamada de atención. Es una canción muy directa y guitarrera, con un ritmo relativamente rápido, perfecta para introducir el disco y su temática. La letra habla sobre el poder y el potencial que llevamos dentro y al que debemos dar rienda suelta. El solo incluye un tapping muy melódico y el estribillo cuenta con unos coros grandilocuentes, que alimentan esa sensación de poder que transmite la canción.

Tras la “bofetada en la cara” del tema de apertura, bajamos el ritmo para introducir un beat donde el bajo y la batería llevan el pulso. Poco después se suman unas guitarras limpias, que acompañan las estrofas con un ritmo entre el reggae y el funk para, posteriormente, abrir los estribillos con unos coros amplios y guitarras distorsionadas, siguiendo con el medio tiempo. La canción se transforma hacia la mitad. Un breve interludio, donde se introducen los instrumentos de viento, da paso a un solo frenético, con el ritmo doblado y unos estribillos finales rápidos, con voces superpuestas que suben de nuevo la energía hasta alcanzar el clímax de la canción y bajar repentinamente al final para volver al ritmo inicial. Es quizás la canción más atípica del disco y una buena contraposición al tema inicial que deja claro que no sabes lo que puede deparar el disco y anima a seguir escuchando para poder descubrirlo.

Esta canción habla sobre no detener el flujo de todo en la vida por lo que su ritmo es de esa misma forma: fluido, rápido y movido. Tiene alguna reminiscencia punk por momentos, unas melodías vocales muy potentes y un estribillo pegadizo. Incorpora también hacia el final unos arreglos de viento muy melódicos que le dan un toque ska. Todos estos elementos hacen que sea un tema muy variado pero sin perder potencia y un perfecto hilo conductor para los temas más duros que vienen a continuación.

Esta canción es un poco más oscura que las anteriores y también incorpora elementos variados. Al principio de la canción hay unos sintetizadores, que dan un aire medio gótico, medio industrial que acompañan al riff principal, basado en un ritmo machacón a doble tiempo que se desdobla en las estrofas, que son muy melódicas, y regresa para el estribillo, en el cual se repite el título con unas voces guturales, cortesía del vocalista Eddie Lejhagen de la banda sueca Gray Scale Season. En la parte central hay un intermezzo medio funky que da paso a un solo precioso, grabado por Sascha Paeth (Avantasia, Heaven’s Gate, Masters Of Ceremony). Es un tema corto pero intenso, lleno de variedad y uno de los más populares del disco.

Un tema a medio tiempo, con un riff pesado, un estribillo muy melódico y pegadizo y una atmósfera oscura y melancólica. Habla sobre atreverse, adentrarse en lo desconocido, sin miedo ni ataduras y dejarte sorprender. Y eso es justo lo que hace Chris Caffery (Savatage, Trans-Siberian Orchestra, Metalium) con un solo explosivo que eleva la canción y le añade más intensidad, si cabe. Es difícil describirla, lo mejor es escucharla. Curiosamente, es la canción mas reproducida del álbum en plataformas digitales.

Es quizás el tema más redondo del disco, tanto en lo lírico, que engloba el concepto general del álbum, como musicalmente. Es una canción muy hard rock, con un ritmo rápido y un pulso constante. La primera estrofa está acompañada por guitarras limpias y un ligero toque de sintetizador para, posteriormente, coger fuerza e ir subiendo de intensidad hasta llegar a un estribillo memorable y fácil de recordar. Cuenta con un solo de guitarra muy elegante, tocado por el guitarrista y productor mexicano Tonio Ruiz (Coda, Qbo) que cuenta con un Grammy en su haber. La parte final es muy épica y grandilocuente y pone el broche de oro a la que es, probablemente, la mejor canción del disco.

Una canción muy potente, con un riff bluesero y mucha fuerza. Su cadencia recuerda un poco al stoner rock y otro tanto a la NWOBHM. En todo caso, es tema perfecto para escuchar en la carretera, que invita a moverse y a acelerar a fondo. Cuenta, además, con un solo del legendario guitarrista Doug Scarratt, de los británicos Saxon, que encaja a la perfección con el tema y refuerza ese sonido aguerrido de la canción.

El disco cierra con otro tema hard-rock/heavy muy potente en el que destaca la batería, con partes muy técnicas y fills explosivos. Estrofas con fuerza y estribillos pegadizos y épicos, sirven para dejar el mensaje de vivir en el momento y disfrutar del ahora. Algo sobre lo que reflexionar y pensar si pulsar de nuevo al play y darle otra vuelta al disco. Seguramente lo más sensato.