CAN MERCADER FESTIVAL 2024 – Cornellà de Llobregat – 20-07-2024

La banda encargada de abrir el festival quizás ante un poco menos de público del que es habitual en este evento y quizás motivado por el intenso calor y las obras de la línea 4 del metro, fue Bisonte vs Bufalo, una banda salida de la factoría musical de Cornellà que venía con el aura de banda de metal extremo pero en su show demostraron ir mucho más allá de esta etiqueta. En sus 35 minutos en el escenario pudimos escuchar una mezcla de Death metal, Doom metal, Rock progresivo, Stoner e incluso algunos aromas de Heavy Metal.

Una propuesta muy original y muy interesante, añadiendo, como principal novedad, un teclista en el escenario. Con sus escasos siete años de historia como banda y solo un trabajo discográfico editado hasta la fecha, demostraron unas tablas y un saber estar envidiables, destacando la voz de Sergi García que fue alternando voces limpias con guturales y un rango de matices excelente.

El único  punto del concierto que dejó un poco que desear fue el sonido, quizás por la distorsión que usa la banda o quizás por una ecualización algo deficiente, en bastantes momentos saturó y distorsionó muchísimo y costaba seguir las canciones adecuadamente. De hecho y pese a que el sonido es uno de los puntos fuertes del festival y cada año ha sido impecable, este año, en el escenario donde tocaron ellos hubo algunos problemas que, eso sí, se resolvieron con efectividad.

Inaugurando el segundo escenario se presentaba la segunda de las bandas de la Factoría musical de Cornellà. Erym Factory es una banda muy nueva, fundada en 2021 pero que ha tenido algunos cambios de formación que han retrasado un poco la eclosión del proyecto y que no tiene aún ningún trabajo discográfico editado y con apenas 3 o 4 videos en youtube.

Presentan una propuesta Hard Rock clásica con una preciosa voz femenina la de Mireia y unas composiciones bien elaboradas, con letras bien cuidadas y comprometidas en cierto sentido y una actitud en el escenario de disfrutar y hacer disfrutar. No son jovencitos, son músicos experimentados y con mucho camino recorrido y eso se nota.

Ante algo más de audiencia que los anteriores dieron un buen concierto consiguiendo hasta que la gente coreara sus estribillos, especialmente en su tema "La Bruja de Blair", saltara, cantara y se lo pasase en grande viéndolos. Una oportunidad bien aprovechada que tendrán que confirmar cuando editen disco y con presentaciones en sala también.

La tercera propuesta del festival era la más rompe cuellos de la noche, literalmente, pues en su stand de merchandising, aparte del material habitual, vendían también collarines por si había alguna dislocación de vértebras cervicales.

Anécdotas aparte dieron un concierto es su línea habitual, no en vano ya son unos veteranos de la escena barcelonesa con tres discos en el mercado, el último de ellos “Canibalismo Social” recientemente publicado y del que dieron una buena muestra en su concierto.

Contundencia, potencia, actitud agresiva y muy buena interacción con el público son la marca de fábrica de esta banda que hace disfrutar, y mucho, a sus fans.

Para la ocasión contaron con la presencia de algunos invitados especiales, Gou Capdemetall de Siroll, Alejandro de Botijo Tarantu y Samuel Barranco de XpresidentX y Def Con Dos, que estuvieron muy bien aportando alegría y buen rollo a la actuación y acabar de romper las pocas nucas que quedaban intactas.

Dieron un muy buen concierto y demostraron que quizás su posición en la escena no es tan alta como debería ser. Habrá que ver en el futuro cómo evolucionan.

Los cuartos en el orden del día eran los jovencísimos Savaged, una banda con una propuesta de Heavy metal ochentero, muy en la onda de Judas Priest o Iron Maiden y que, a mi entender, son una de las grandes promesas de la escena barcelonesa.

Fueron los únicos en usar batería con doble bombo, que atronó en toda la explanada, junto con el bajo formando una base rítmica demoledora sobre la que se superponen las guitarras gemelas típicas del estilo con velocidad y armonía desgranando uno tras otro los temas de su primer  y hasta el momento único trabajo, “Night Stealer“ con actitud 100% metalera, cosa que se notó viendo en las primeras filas a la audiencia más veterana disfrutando de sus temas y sus evoluciones.

Pese a que la voz de Jamie sonó bastante baja y apagada, cosa que no permitía entender bien las letras de sus canciones, cuajaron una actuación excelente en todo momento, con estética y actitud absolutamente clásica ochentera y un gran trabajo compositivo detrás de sus temas.

Pese a que tenían preparada una explosión final de serpentinas y confeti que falló y no se llegó a producir, en mi opinión fueron uno de los grandes triunfadores del festival y tienen por delante un futuro muy prometedor si saben aprovecharlo.

La propuesta de Braindrag, aunque aún reciente, está plenamente consolidada en el  formato actual de la banda. Su Metal Alternativo con una factura impecable, base rítmica sólida y contundente formada por Llorenç a la batería y Gon al bajo, la guitarra de Enric con sus particulares sonidos que solo él sabe extraer y la impresionante y demoledora voz de Mireia está lista, de la mano de su nuevo sello discográfico, a asaltar el mundo y a abrirse camino internacionalmente como una de las propuestas más frescas e innovadoras del panorama actual.

Además, en esta ocasión llegaron dispuestos a innovar y revolucionar tanto su sonido como las sensaciones que experimenta el oyente de su música. Con dos coristas permanentemente en escena, Meritxell y Alba, y la colaboración en la espléndida “Lluna d’Argent” del duo de cuerda (violín y viola) de Abel y Laura junto a la colaboración, más que merecida de su anterior vocalista, Luís Moss, que interpretó un par de temas a duo con Mireia (¡y que duo!) cuajaron una actuación absolutamente mágica.

Aparte de todo eso, y aquí radica la principal innovación, lanzaron al público ciertos aromas desde el escenario para que la sensación auditiva se convirtiera también en olfativa, no acabo de tener claro que funcionara como debía, si bien yo pude ver las gotas que se pulverizaban sobre las primeras filas, no fui capaz de oler nada, aunque si es cierto que algunas personas pudieron percibir algunas esencias especiales en algún momento. Quizás este experimento funcione mejor en un concierto en sala con el recinto cerrado y menos extensión de terreno por cubrir. De todas formas me parece una iniciativa genial, innovadora y absolutamente brillante.

Su actuación, excepto la voz de Mireia que sonó floja y no se pudo oír todo lo bien que merece su poderío vocal, rayó la perfección. Sin duda están listos para dar el salto y convertirse en una banda a tener en cuenta no en nuestro país sino en todo el mundo.

La propuesta de Blackowl no se puede decir que sea original, su sonido, 100% de Hard Rock australiano te remite inmediatamente a bandas como AC/DC, Airboune o Rose Tatoo pero lo que no se les puede negar es que son muy efectivos.

Composiciones originales 100% Blackowl impregnadas de ese sonido que tanto gusta a todos los públicos y en el que radica el éxito de las bandas antes mencionadas y es que este tipo de música es universal y si, además, se ejecuta con maestría y savoir fair tenemos todos los elementos para tener un gran éxito.

Y así fue la actuación de Blackowl, un gran éxito que gustó sin excepciones a todos los presentes y, pese que el que suscribe esta crónica no pudo verla entera porque tuvo que moverse al otro escenario para hacer la presentación de lo que venía a continuación (cosa nada fácil dado el volumen de público asistente) puedo certificar que es una banda que, como ya pasa con sus homólogos de Hard Buds, pueden tener un gran éxito tanto nacional como internacional.

Un 10 rotundo para esta banda y un gran futuro por delante para ellos en cuanto publiquen su segundo y quizás algo sorprendente disco, a principios de 2025.

Y llegaba la hora de disfrutar de la presencia del cabeza de cartel de la noche, un cabeza de cartel que es, sin duda, la máxima estrella activa del rock catalán y cantado en catalán.

Quim Mandado, ex cantante de Sangtraït y de LGP, con una trayectoria de 40 años en la música repleta de éxitos y cuyas canciones conoce hasta el último fan de este país, acompañado de otra leyenda, Joan Cardoner (Rockson, Terratremol, LGP) y sus hijos Guillem y Ferran llegaba dispuesto a enloquecer a las más de 6.000 almas presentes en la explanada de Can Mercader. Desde el escenario la visión era impresionante, no se alcanzaba a ver a todo el público asistente, todos y cada uno dispuestos a desgañitarse cantando los grandes éxitos de Sangtraït y Guardians.

Fue una hora intensa y muy corta, a su set de sala que es de casi dos horas, hubo que recortarle bastante pero lo que quedó fue apoteósico, de traca, incluídas las tablas tanto de Quim como de Joan para salir de un aprieto en el que les puso un fallo de alimentación eléctrica en la guitarra de Ferran que solventaron con maestría haciendo corear al público primero y con un brillante solo de guitarra después.

Solventado el problema vuelta a la locura, incluida la imprescindible dedicatoria al compañero de toda la vida, Martín Rodriguez, el mejor batería que ha tenido Catalunya que falleció hace unos años y que jamás podrá ser igualado detrás de los bombos, para él fue “Alé de mil cent” y el final del concierto con todo el público cantando de principio a final “Els Senyors de les Pedres” i “El Vol de l’Home Ocell” fue para que se escapara más de una lágrima.

Sin duda un gran acierto contar con Quim Mandado y su banda en esta edición del CMF que incluso llegó a emocionar a cierta periodista mexicana que estaba conmigo y que nunca había oído hablar de ellos.

Para cerrar el festival en esta ocasión se reservó la actuación de la consabida banda tributo que siempre hay, este año le tocó a Meinstein, una banda que calca, en la medida de sus posibilidades, el show de los alemanes.

Evidentemente, Meinstein no es Rammstein, les falta potencia, muchos watios y muchísimo fuego en el escenario pero la verdad es que los temas los clavan y su espectáculo pirotécnico, hecho con un presupuesto muy reducido es efectivo y funciona muy bien y sus pintas escénicas clavan las de la original con todo su frikismo incorporado.

Tener un cantante que hable alemán a la perfección y con un timbre vocal muy parecido al de Till Lindemann ayuda muchísimo a simular un estilo que, a todas luces, se muestra convincente.

En mi opinión fue un gran acierto dejar el tributo para el final con todo el público rebosando adrenalina después de la actuación de Quim Mandado para tener un fin de fiesta como merece un festival así. ¿Quién no conoce “Du Hast”, “Sonné” o “Engel” por ejemplo? Todos disfrutamos, incluso a mi alrededor había un buen puñado de niños saltando y cantando las canciones en alemán.