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Crónica: DESERTFEST BERLIN 2023, Alemania. Día 1 (19/05/23)

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DÍA 1, VIERNES 19 MAYO

De nuevo en Berlín para disfrutar de uno de los festivales favoritos para quien gusta del rock en sus distintas formas, pero especialmente lindando con los sonidos desérticos, psicodélicos, tomando aires progresivos y a veces de cadencia doom. Este año de nuevo pasábamos de las cuatro jornadas a los tres días, y además con la curiosidad de saber cómo estaría preparada la nueva sede donde se irían alternando los conciertos entre los recintos del Columbiahalle (Mainstage) y del Columbia Theater (Club Stage). El espacio para los estilos sonoros era amplio, así que con ello se ampliaba el horizonte para disfrutar en donde mejor encajaran tus gustos con el aliciente de descubrimiento algo nuevo. Y digo esto porque igual tenías que tomar la decisión de quedarte en uno de los dos escenarios empleados para esta edición, porque en demasiadas ocasiones se solapaban los espectáculos del Mainstage  (amplio y con la capacidad justa para disfrutar cómodamente) y del ClubStage (más reducido e incómodo si no llegabas con tiempo para tomar una buena posición).

Los ingleses PSYCHLONA pudieron verse cómodamente a la vista de todos los madrugadores en el pequeño de los escenarios, en parte también por ser de las primeras bandas.  Pondrían la línea ascendente a lo que sería la jornada que más disfruté de las tres. Entre aires electrizados que rezumaban el gusta a setas alucinógenas a su bajista se le podía ver levitando con su bajo en cada rozamiento de sus manos contra la cuerdas de un instrumento que parecía ir arrastrando por el suelo, una manera muy particular de marcar estilo. El cuarteto en cinco años ha cosechado canciones muy interesantes que en directo demuestran tener alta dosis de enganche. Quédate con estas referencias: “Palo Verde”, “Venus Skytrip” y “Mojo Rising”

Con los alemanes MIGHT me invadía la curiosidad por conocer cómo serían las presentaciones de los temas de sus dos discos publicados hasta la fecha, “Might” y “Abyss”, por parte de sus dos integrantes Ana Muhi (bajista y cantante) y Sven Missulis (guitarra y batería). Precisamente por la faceta de multi instrumentista a cargo de Sven le haría estar pendiente de un ordenador portátil que tenía a sus pies a través del que iba vigilando lo que ocurría con la batería, mientras el tocaba la guitarra, ya que a sus espaldas había colocado un biombo donde se proyectaba la sombra de la silueta del batería encarnándose en directo de forma visible únicamente a Ana Mushi y Sven Misssulis. Sin duda fue un curioso directo, pero hubiera quedado más atractivo habiendo eliminado ese biombo para poder comprobar lo intenso y real de las pegadas de batería.

El toque de distinción lo darían los japonés CHURCH OF MISERY, a quien hemos visto ya en números ocasiones, por lo general en festivales, y que no siempre han estado con la misma imaginación en directo, aunque despunta sobre todo esa manera que tiene de tocar el bajo su fundador Tatsu Mikami. Se les vio como era de esperar muy  ensamblados y nada más pisar el escenario sonaron con mucha rotundidad, teniendo desde el principio a Hiroyuki Takano abordando cada composición letrística con mucha interpretación y cualquier otro sonido lo abordaba con teatralidad y entusiasmo, incorporando elementos doom en su estructura sonora basada en Black Sabbath. Los nipones tienen su propia caracterización, que creo que depende de si tocan en salas más pequeñas o escenarios más amplios, en las distancias con el público, cambian un poco sus formas camaleónicas.

Los atenienses GODSLEEP rompieron la monotonía de la espera con su mezcla sonora poco uniforme. Su vocalista era la reencarnación de una performance que con su imagen aportaba pistas confusas, entregando una sublime fusión de diferentes tendencias, donde el stoner y la distorsión acelerada daban rienda suelta a una diva enloquecida ante el micrófono, que terminó descalza sobre el escenario, mientras desplegaba su locura e interpretaba con una garganta ágil, tosca y sinuosa canciones que rompían moldes. También le dedicó su tiempo al sonido de la guitara, pero sin duda, el resto de compañeros de aventura, tuvieron por delante una aventura instrumental que hacer interiorizar a los presentes, porque como digo, continuamente si iba cambiando el palo sonoro con mucha audacia. Una apuesta interesante que además venía con la presentación de un disco recién publicado, “Lies To Survive”.

DOZER son otros estandartes del stoner sueco y referencia para quien suscribe estas líneas y lo demostraron de una manera esperada. Cuando vas a ver cómo será una banda determinada de la que esperas mucho puede ocurrir que las expectativas se queden cojas y entonces los empiezas a poner pegas, pero nada eso pasó y me invadieron las emociones. Nada en contra que objetar al cuarteto. Alta descarga de adrenalina mientras su guitarrista Tommi Holappa, a quien veríamos también al día siguiente tocando con Greenleaf, desataba su espiral de solos con ardua pasión. Incluso su cantante Fredik Nordin se llevó un manotazo en la cabeza cuando se aproximaba en una de sus apuestas enloquecidas a través del mástil, y su gorra de beisbol fue a parar al suelo. A éste como le gusta también ser objeto de toda mirada, la broma le encantó, y terminó tirándose al suelo imitando una caída, para recuperar esa prenda que es parte activa de su imagen en directo. Cuando no se enfrentaba  al micro para abordar alguna letra, llegaba el momento de aprovechar esos espacios instrumentales que le sacan de la primera línea poder despotricar por el escenario.

El rock psicodélico del trío instrumental noruego KANAAN causó mucha atracción. Fueron una baza de lo más férrea para esta jornada, El caso es que hicieron todo lo que pudieron y un poco más para que la cabeza se pusiera a mil por hora con las canciones de su disco “Downpour”. Los que queríamos disfrutarlos nos llevamos una buena sensación de estos fenómenos pero hubo que luchar por conseguir una buena posición delante y frente a ellos, pues esta sala que se quedaba pequeña para su presentación. No había margen para quedarse quieto gracias a su interactiva psicodelia. Fue mi primera toma de contacto con ellos en directo, algo incómoda por el espacio, así que con ganas me quedé de cara a una nueva oportunidad. Todo lo que vino a continuación fue más cómodo de llevar, y me encontraba en forma para bailar, disfrutar y estar realmente en la salsa de un festival tan interesante como lo es éste.

MINAMI DEUTSCH de nuevo nos situaba con nuestro punto de vista puesto en Japón. Vinieron a demostrar la carretera que tienen cruzada a batacazos haciendo esa psicodelia de pedaleras con un toque de originalizad en su puesta de largo. El show fue coordinado y fructífero. Estaba claro que los nipones son organizados y dan juego para quien gusta de observar entretenimiento escénico, aunque hace algunos años tal vez esto era más efectivo al no estar acostumbrados a este tipo de visitas, porque ya desde hace un tiempo van siendo constantes tenerlos presentes en los festivales del ramo. La instrumentación occidental manejada por estos asiáticos siempre es buen revulsivo para salirse de los cánones psicodélicos clásicos, y permitirme que lo tilde así, porque ya son demasiadas las bandas de nuestros tiempos amparadas en esquemas trillados del pasado, que sí, que nos transportan a la época del ácido, pero más son de la década del ibuprofeno.

GNOME tienen su propia definición, basada en una combinación de sonidos que enganchan de forma irresistible gracias a su impronta metálica, en donde las guitarras atronadoras hacen su función mezclándose con una batería y bajo de giros sonoros aventureros. Esto hace que creen su propio sonido en donde no falta el stoner, prog y el hard rock. Procedentes de Amberes, Bélgica, y con la referencia de estar detrás de la batería Egon Loosveldt, multi instrumentista deambulante de formaciones tan abiertas en su sonido como Sindicato Sonico o Temple Fang, busqué encontrar referencias cercanas a largas jam sessions practicadas en otros lugares, pero aquí todo fue cómo dirigirse a la calle de enfrente, pues los temas eran más moderados en su duración, frenéticos y llenos de diversión, portando sus músicos sobre sus cabezas unos capuchones que imitaban ser unos gnomos “un poco macarrillas”, y que a medida que el frenesí iba evolucionando, terminaban desprendiéndose de las mismas.

El trío neoyorquino KING BUFFALO tras poner en su sitio cada instrumento en los momentos previos a su gran concierto, pasaría de un continuo sigilo a la expansión de sonidos que iban pillando matices a base de pedaleras y efectos de sonido, consiguiendo una mezcla poderosa de stoner y psicodelia. Hilaron un demoledor sonido que se  amplificaba cada vez que jugaban con los botones de los pedales. Ya tuve ocasión de disfrutarlos en vivo unos años atrás en este Desestfest berlinés en donde este año repetían, pero cambiando la ubicación. Me aportaron lo que esperaba encontrar en ellos tras disfrutar de discos tan categóricos como “Orion” y “Repeater”, con los que contaron para crear sus estructuras psicodélicas en escena, y para esta ocasión ampliaron todas esas miras metiéndose de lleno en su trilogía pandémica, haciendo hincapié en los cortes del álbum “The Burden Of Restlessness”.

THE OBSESSED por fin ante mis ojos. Este podría ser el titular después de frustrarse la intentona de ver en 2019 a la formación de “Wino” tanto en Sonic Blast como en Hellfest. La cancelación de su gira europea ese año lo hizo inviable, aunque aún guardaba el recuerdo de ver al cantante y guitarrista Scott Weinrich en el festival francés en la edición de 2014 tocando con la formación Spirit Caravan, cuando de forma paralela llevaba sendas andaduras dando bandazos entre las bandas Saint Vitus y The Obsessed. Tras años de espera arrancaba el concierto con “Brother Blue Steel”, y así iban enlazándose temas como “Streamlined”, “Sacred” o “To Proted And To Serve”, con apenas un pequeño parón para sustituir el amplificador dañado de su bajista. Tuvimos la suerte de disfrutar de un notable repaso a su bien apertrechado pasado doom, como nombre pionero que es, dando estilo propio al cierre de esta jornada, que consiguió congregar un numeroso público ávido por ver esa sinergia de veteranía desempolvando viejos clásicos.

 

 

Texto y fotos: Raúl “Mister Virus” García

Publicado el 9 de junio, 2023
Realizada por Mr. Virus
Colaborador de TNT Radio Rock

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